Tijuana.- Durante tres días consecutivos, la cabeza, las piernas y los brazos de una joven mujer fueron localizados en una planta de tratamiento de aguas residuales y en el interior de la canalización del Río Tijuana.
PUNTO NORTE identificó a la víctima. Lisa Peraza tenía 21 años y era madre soltera de una niña de tres años, con quien vivía junto a su sobrino pequeño, de quien también se hacía cargo.
La joven nació en Tijuana, pero pasó gran parte de su vida en Tecate, en donde creció y fue a la escuela para luego mudarse nuevamente a Tijuana.
Una de las claves para identificar a Lisa fue el tatuaje que llevaba en su muslo derecho, un rostro a blanco y negro conformado la mitad por la cara de un lobo y la otra mitad por la cara de una mujer de cabello oscuro, muy similar a la joven.
Dos semanas después del hallazgo de los restos, todavía no han sido localizados el torso y uno de los brazos, sin que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) haya realizado un operativo en el sistema de drenaje y alcantarillado para encontrarlos.
Se trata de un crimen sumamente cruel, no solo porque la joven fue desmembrada, sino porque los restos han sido encontrados entre aguas negras y a más de 10 kilómetros de distancia de donde se cree fue asesinada.
Tampoco se ha podido determinar una causa de muerte, pues la joven no presenta disparos de arma de fuego en la cabeza y porque el torso todavía no ha sido ubicado.
Sin embargo, por el corte que presenta en la cabeza, el cual inicia la parte delantera del cuello y termina sesgado hacia arriba en la parte posterior del cuello, no se descarta que le haya sido cortada la cabeza cuando aún se encontraba con vida.
A inicios de octubre, la familia de Lisa no supo de ella, pero tampoco la localizaron en hospitales ni en Semefo, por lo que pensaron que se encontraba desaparecida.
El viernes 10 de octubre, un trabajador de la planta de tratamiento de aguas residuales de la CESPT, ubicada a un lado del cementerio Monte de los Olivos, localizó la cabeza cercenada de una mujer mientras limpiaba los residuos de basura de las rejillas, así como los muslos.
La víctima, una mujer de cabello negro y largo, tenía frenos en los dientes, por lo que investigadores del crimen contaron con otro rasgo distintivo para identificar a la víctima además del tatuaje en la pierna.
Al día siguiente, el sábado 12 de octubre por la mañana, otro trabajador de la planta de tratamiento aguas residuales localizó las piernas cercenadas de las rodillas hasta los pies.
El domingo 13 de octubre, empleados que limpiaban las alcantarillas dentro de la canalización del río Tijuana, a la altura del cruce fronterizo El Chaparral, observaron lo que parecía un brazo humano, pero debido al alto nivel del agua y la presión, personal de la PGJE que acudió al sitio no pudo recuperar la extremidad sumergida.
Por lo que el ministerio público solicitó la presencia de una patrulla de la Policía Municipal para que resguardara la zona hasta que al día siguiente bajara el agua y se realizaran los trabajos de recuperación de restos humanos.
En este punto, los restos habían viajado más de 10 kilómetros desde la planta de tratamiento de aguas residuales hasta la altura de El Chaparral.
Según las principales líneas de investigación, la mujer fue asesinada en el área de El Florido, cerca de Tecate.
