Así cayeron El Chapito Leal y sus sicarios; se hicieron pasar por ministeriales

Los lugares claves del enfrentamiento

La primera patrulla en llegar al lote de carros D’Lux en donde se había reportado la presencia de gente armada y encapuchada fue la de una mujer de la Policía Municipal de Tijuana.

Había llegado junto a su compañero al comercio ubicado sobre la Vía Rápida Oriente para verificar el reporte que momentos antes se había levantado. Corrían los minutos hacia las 7 de la noche del miércoles 19 de febrero.

Al detener su unidad frente al lote de autos, un pickup blanco de reciente modelo se estacionó detrás. La oficial observó por el espejo retrovisor a un hombre bajarse de la camioneta Ram cuatro puertas y comenzó a caminar hacia la patrulla. Llevaba puesto un chaleco antibalas, un pasa montañas, un casco táctico y cargaba un arma larga.

El hombre que había descendido del pickup blanco se acercó a la ventana de la patrulla y se identificó como agente de la Policía Ministerial del Estado. Les informó que estaban en un operativo y les pidió que se retiraran, se comunicó en claves policiacas, se subió de nuevo a la Ram y se alejó del lugar, escoltado por otra camioneta blanca con estrobos como de policía.

Los delincuentes tomaron la Vía Rápida con dirección hacia Zona Centro.

Los policías bajaron de su patrulla e ingresaron al lote de autos, ahí encontraron a varias personas: les dijeron que momentos antes ingresó un grupo de hombres armados, encapuchados, los tiraron al suelo y se llevaron dos camionetas del año y un carro sedán 2018.

Esa fue la primera ocasión en esa noche que Octavio “El Chapito” Leal Hernández y su gente lograron escapar de la Policía Municipal para luego protagonizar una fuerte persecución, enfrentarse a disparos contra los uniformados y ser detenidos tras huir pie tierra en Zona Río.

La información que integra este reportaje fue retomado de versiones oficiales de los hechos, testimonios, reportes policiacos, fuentes de la Fiscalía General de la República (FGR) y una minuciosa reconstrucción de los hechos.

Octavio Leal Hernández al momento de su detención

No fue un robo de autos

A pesar que, en declaraciones de funcionarios, se habla del grupo armado como una banda dedicada al robo de vehículos, desde las áreas de inteligencia de corporaciones de seguridad pública se sospecha que la presencia de “El Chapito Leal” y sus acompañantes no tenía como origen el robo de carros.

De entrada, porque la camioneta en la que Leal Hernández viajaba tenía varios kilos de marihuana y porque debido a su jerarquía en la organización es poco probable que “El Chapito Leal” acudiera personalmente a robar vehículos de lujo.

Se investiga desde instituciones de seguridad y procuración de justicia que los hombres de “El Chapito Leal” estaban por cerrar algún trato relacionado con drogas en las inmediaciones del lugar o habían acudido a supervisar una operación relacionada con ajustes de cuentas.

Los encargados de la seguridad de “El Chapito Leal”

El grupo encargado de la seguridad de “El Chapito Leal” estaba preparado como si se tratara de una corporación policial de élite.

Tenían en su poder armas de alto poder, cargadores, chalecos antibalas, botas tácticas, vehículos que podían pasar por unidades policiacas con estrobos, equipos de telecomunicación y rutas de escape.

Cuatro de los nueve detenidos

No era la primera vez que lograban escapar de la Policía. En agosto de 2019, lograron extraer a Leal Hernández de una fuerte persecución en el libramiento Rosas Magallón.

Atrás quedaron cuatro integrantes de su equipo de seguridad, también portando chalecos antibalas y armas largas, varios vehículos y hasta droga.

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Tanto en aquella como en esta ocasión, Leal Hernández viajaba en una camioneta Jeep Grand Cherokee oscura de reciente modelo.

En el enfrentamiento de la noche del miércoles 19 de febrero, las placas sobre esa camioneta eran sobrepuestas. En realidad correspondían a una camioneta tipo URBAN con capacidad para 15 pasajeros y las cuales habían sido dadas de baja.

La camioneta donde viajaba Leal Hernández, la que más impactos recibió

En la camioneta de donde descendió Leal Hernández quedaron cinco paquetes de marihuana, rifles, cargadores, más chalecos antibalas, radios y otros artículos.

Desde esa unidad, los escoltas que lo acompañaban abrieron fuego contra policías.

El conductor de la camioneta recibió un balazo en la pierna, lo que combinado con el denso tráfico que había sobre la Vía Rápida, complicaron la huida.

La ropa ensangrentada del conductor

El vidrio posterior de la camioneta quedó prácticamente destruido debido a los impactos que recibieron de policías. “El Chapito Leal” estuvo muy cerca de ser herido.

La huida

La persecución se extendió más de tres kilómetros desde el lote de carros, ubicado sobre la Vía Rápida Oriente a la altura de la colonia El Chamizal, cuadras antes del puente de la colonia Buena Vista, donde arrancó el convoy.

El último de los carros detenidos quedó a metros de llegar a la plaza Pueblo Amigo sobre Vía Rápida.

Sin embargo, información que quedó registrada de forma oficial indica que por lo menos tres vehículos más se dieron a la fuga.

Uno de los casquillos percutidos durante el enfrentamiento

Una camioneta tipo pick up Toyota Tacoma roja, una camioneta Toyota Sequoia y un automóvil tipo sedán gris en los que escaparon integrantes del comando armado y a los cuales, la Policía no les dio alcance.

Las cuatro camionetas restantes siguieron distintas rutas de escape, pero siempre seguidas por patrullas de la Policía Municipal hasta que finalmente, uno por uno, los vehículos de “El Chapito Leal” fueron quedando en el camino.

Los primeros en separarse del convoy

El convoy se separó a la altura del Hospital General, donde el primer carro, una de las camionetas Jeep Grand Cherokee negras, tomó una salida desde la Vía Rápida.

El conductor pasó entre el hospital y la unidad deportiva CREA para luego girar a su izquierda y seguir derecho hasta llegar a la glorieta Diana Cazadora.

De ahí retornó en dirección opuesta y se introdujo a la Vía Rápida al lado de una gasolinera.

Sin embargo, debido a una fuga de agua y el exceso de velocidad, la camioneta derrapó y se estrelló contra una luminaria ubicada en el camellón que separa la Vía Rápida de la Vía Lenta.

La camioneta se impactó contra una luminaria

Una patrulla llegó casi inmediatamente después del impacto y logró detener a los dos ocupantes.

A Rigoberto Aguilar y Marco Ojeda les aseguraron cargadores de armas largas y radios de comunicación.

El escondite en Coparmex

Otra de las patrullas de la Policía Municipal que se unió a la persecución se encontró a metros de una camioneta tipo pick-up Dodge Ram blanca modelo 2020 con estrobos.

Tras perseguirla sobre Vía Rápida, la camioneta dio la vuelta una calle antes de llegar al Centro de Gobierno del Estado.

Se detuvo casi al llegar a Paseo Centenario y cuando los policías se acercaron al vehículo, notaron que tenía las puertas abiertas y sin ocupantes.

La camioneta de más reciente modelo quedó a metros de Paseo Centenario

Momentos antes, uno de los pasajeros se introdujo armado al edificio de Coparmex, en donde se llevaba a cabo una reunión de jóvenes afiliados a la cámara empresarial.

Se trataba de Eleazar Rosario Islas Beltrán, originario de Sinaloa, y quien entró armado al edificio para resguardarse.

Policías lo encontraron debajo de un escritorio en el segundo piso, a donde se había introducido después de decirles a los presentes que tenía un arma y no lo delataran.

Quienes estaban en el edificio permanecieron dentro por temor

Donde iba “El Chapito Leal”

El camino más complicado fue el que siguió la camioneta Jeep Grand Cherokee negra donde viajaba “El Chapito Leal” y la camioneta tipo pick Ford Lobo que lo escoltaba.

Los vehículos intentaron en varios ocasiones perderse de la Policía, utilizando retornos, calles paralelas a las avenidas principales entre Palacio Municipal y la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe.

Cuando el escape se complicó, debido a que las patrullas seguían de cerca a las dos camionetas, el comando armado abrió fuego contra los policías.

Una de las patrullas que recibió impactos de los delincuentes

Los dos vehículos habían salido de la Vía Rápida a la altura de la glorieta Diana Cazadora y de ahí llegaron hasta el puente Cuauhtémoc que lleva hacia Plaza Río.

Antes de llegar al puente, las camionetas giraron hacia la derecha para tomar la salida a la Vía Rápida, pero dos patrullas les cerraron el camino.

Desde arriba de la camioneta Jeep Grand Cherokee, les abrieron fuego a los policías, mientras que los ocupantes de la Ford Lobo bajaron para dispararles a los agentes.

Los impactos atravesaron dos patrullas. Una unidad recibió seis impactos en el cofre, parabrisas y vidrio posterior. A la otra patrulla, un bala le atravesó la llanta.

Dos patrullas quedaron inmovilizadas por el grupo armado

Aunque ningún policía resultó herido, el conductor de la Grand Cherokee recibió un disparo en la pierna, aún así las dos camionetas llegaron hasta la Vía Rápida solo para ver frenado su camino debido al tráfico.

En la camioneta Ford Lobo fueron detenidos tres sujetos más. Daniel Villa al volante, Adrián Morán en el asiento del copiloto y Henry Cortez en la parte posterior de la camioneta.

En medio de los asientos del frente, había una pistola calibre .40 abastecida.

La camioneta, con porta placas del lote de carros D’Lux, presentaba varios impactos en la caja y en el vidrio posterior.

La camioneta recibió varios disparos

Uno de los sicarios llegó hasta Plaza Río

Gabriel Vázquez, el conductor de la camioneta Grand Cherokee, se bajó del vehículo tan rápido como los oficiales se lo ordenaron.

El joven había recibido un disparo en la pierna y requería ayuda médica.

Gabriel Vázquez

En la calle, a un costado de la camioneta, quedaron sus botas tácticas, chaleco antibalas y calcetines ensangrentados, prendas que le fueron retiradas antes de ser llevado en una ambulancia a un hospital.

Uno de los sicarios, Daniel Ordaz arrojó su chaleco, un arma larga y un arma corta sobre la banqueta de la Vía Rápida, a un lado de un baldío, y se introdujo en la canalización del Río Tijuana.

El chaleco y armas que el sicario arrojó antes de huir

Fue fácil reconocerlo dentro del centro comercial Plaza Río, hasta donde llegó tras atravesar las aguas que corren por “el bordo”, vestía ropa táctica y estaba completamente mojado.

Un oficial de la Policía lo encontró a metros de intentar ingresar a la tienda Sears, en donde procedió a detenerlo.

“El Chapito Leal”, el último en caer

En la camioneta Grand Cherokee de donde descendió Leal Hernández, indican reportes oficiales, no solo había cinco paquetes grandes de marihuana, sino varias armas largas tanto en los asientos del piloto y copiloto como en la cajuela.

Botellas de agua, cajetillas de cigarros, ropa y cargadores para celular fueron encontrados en el piso y los asientos de la camioneta.

El interior de la camioneta Jeep Grand Cherokee

Octavio Leal Hernández, de 37 años, salió de la camioneta antes de que llegaran las patrullas y según reportes oficiales, fue aprehendido en el parque de Palacio Municipal.

Estaba escondido a un lado de la biblioteca pública, donde fue encontrado por policías que vigilaban el área tras el fuerte tiroteo y la persecución.

Vestido con botas tácticos color arena, camisa tipo polo azul y pantalón café claro, Leal Hernández les dijo a los agentes que lo encontraron tirado en el pasto “hagánme el paro”.

Desde 2012, “El Chapito Leal” ha caído en la cárcel en tres ocasiones. En todas ha recuperado su libertad, a veces en unos meses, pero también en cuestión de días.

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La custodia

La noche del miércoles 19 de febrero, Leal Hernández fue turnado a la Fiscalía General de República (FGR), junto a siete de los detenidos, a excepción del que se encuentra hospitalizado y bajo custodia policiaca.

Para su traslado, varias unidades del Ejército, la Guardia Nacional, la Guardia Estatal y la Policía Municipal despejaron las calles y formaron un convoy para custodiar al narcotraficante.

Las calles que llevan hacia la FGR en Zona Río se mantuvieran cerradas hasta la tarde del jueves 20 de febrero con varias patrullas estacionadas a los alrededores.

Unidades militares y policiacas vigilan la FGR

La fuerte presencia policiaca causó preocupación entre algunos residentes de la ciudad. En escuelas e incluso en el Centro Cultural Tijuana se suspendieron actividades, incluso el propio alcalde Arturo González Cruz canceló su asistencia a un evento realizado en las inmediaciones de la FGR por la tarde.

En las próximas horas, Leal Hernández y el grupo armado que lo acompañaba serán presentados ante un juez federal, quien determinará si permanecen o no en prisión.

Las versiones

Aunque durante años, a Leal Hernández se le identificó primero como integrantes del Cártel de Sinaloa y luego del Cártel Arellano Félix, fuentes relataron a PUNTO NORTE que en los últimos años ya no trabajaba para ninguna de las dos organizaciones.

A pesar de desarrollar actividades ilícitas de forma más libre, guardaba mayor relación con una célula de los Beltrán Leyva, particularmente para el trasiego de drogas a Estados Unidos.

Militares vigilan los alrededores de donde se encontraba “El Chapito Leal”
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