Gobiernos ignoran a familias y ancianos con casas derrumbadas

Gobiernos ignoran a familias y ancianos con casas derrumbadas

Tijuana.- A casi tres meses de que las primeras viviendas de Cumbres del Rubí comenzaron a presentar fisuras de manera acelerada, no han llegado los apoyos económicos prometidos por el gobierno estatal para los damnificados, ni tampoco han sido atendidos por el alcalde, Arturo González Cruz.

La presidenta del comité de vecinos que se formó para apoyar a los afectados, Idania Bonilla, advirtió que el deslizamiento sigue avanzando y hay personas que no han podido salirse de sus casas porque no tienen dinero para mudarse a otra.

Entre los afectados hay personas de la tercera edad, cuyas viviendas fueron engomadas en color rojo por Protección Civil, lo cual señala el alto riesgo en el que se encuentran.

“El alcalde no ha venido, ni siquiera nos ha dado audiencia, dicen que ahorita por lo del coronavirus no se están dando citas”, indicó.

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Postes caídos, casas derrumadas y grietas por las calles, son la nueva realidad de la colonia

La representante de los vecinos comentó que “lo preocupante es que hay personas viviendo ahí porque no tienen a dónde ir, no tienen manera de pagar una renta, pero sus casas ya están agrietadas”.

Dijo que en dos ocasiones han llevado despensas por parte de la delegación San Antonio de los Buenos, pero la mayoría de las familias realmente afectadas ya no están ahí. Tuvieron que acomodarse con familiares o rentar.

En ese sentido, recordó que el gobierno estatal les había prometido un primer apoyo de 7 mil 500 pesos y un apoyo mensual de tres mil 500 pesos que les ayudaría a pagar una renta.

“Supuestamente nos comentaron iba a ser súper rápido, nos dijeron que en 15 días Bienestar Social nos iba a dar el recurso, pero resulta que no, pasaron 15 días, un mes, dos meses, y no han hecho absolutamente nada”.

La mayoría optó por buscar en los alrededores para no alejarse de escuelas y centros de trabajo, pero las rentas son muy altas, de entre 350 y 450 dólares, aunado a que algunos han perdido su empleo y sus ingresos a causa de la pandemia.

Mientras el deslizamiento avanza y sus casas se desmoronan, habitantes de Cumbres del Rubí siguen a la espera de que las autoridades municipales les den audiencia y que el gobierno estatal libere los apoyos para poco más de un centenar de familias.

Idania Bonilla mencionó que las lluvias registradas el martes por la noche agravaron la situación, por lo que temen que el deslizamiento se acelere y más casas etiquetadas en amarillo tengan que ser evacuadas.

Cientos de familias perdieron su patrimonio

Además de que los servicios básicos han sido suspendidos, no tienen agua y se alumbran con velas.

Cabe recordar que las primeras grietas se presentaron a mediados de enero, posterior a ello personal de Protección Civil Municipal llegó a etiquetar viviendas y a colocar testigos, cuya tarea es medir cómo avanzan las grietas en los inmuebles.

El alcalde, Arturo González Cruz, sigue sin acudir a la zona afectada, a más de dos meses de que tuvieron que salirse del que había sido su hogar por dos décadas o más y de donde alcanzaron a rescatar algunas de sus pertenencias.

Aunque el primer edil paró la mayoría de sus eventos públicos, todavía acude a supervisión de obras públicas en zonas de la ciudad, por lo menos un par de veces a la semana.

“Ni un solo peso, nada nos han dado, la gente está sin casa, sin trabajo, sin dinero”, lamentó la afectada.

La tragedia antes de la pandemia

A inicios de marzo, los habitantes de Cumbres del Rubí vieron cómo sus casas se iban derrumbando, esto ocurrió semanas antes de que se declarara la contingencia sanitaria por COVID-19 en el país.

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Una de las casas marcadas para su evacuación inmediata

Después de unas fuertes lluvias, muchas de las familias, en su mayoría personas mayores, intentaron algunos de sus muebles y otros permanecían al pie de sus viviendas, en espera de que la ayuda gubernamental llegara.

Personal de la Dirección de Protección Civil Municipal se encontraba en las calles más afectadas tomando medidas de las grietas, que han continuado creciendo cada día.

También llegaron trabajadores de la delegación, pero solo acudieron a colocar letreros para advertir que es “zona de alto riesgo”.

“Tenemos 15 días que empezó esto, ahí sigo en mi casa, no tenemos a dónde irnos”, relató Alba Laura Díaz, una mujer de la tercera edad, a inicios de marzo.

“Nos dijeron que teníamos qué desocupar, pero ¿a dónde nos vamos a ir?, algunos sí pudieron ubicarse con su familia, pero no tienen dónde poner sus cosas. Dicen que nos van a ayudar, pero no se ve nada”.

La señora Martha Avilés comentó que por las noches no duermen o duermen poco. La tierra, el piso, las paredes, siguen crujiendo.

Desde esa fecha, en algunas casas han establecido guardias. Mientras unos descansan otros permanecen atentos por si hay que salir corriendo.

Una de las calles más afectada es David de León, así como los callejones David de León Arias y Juanita.

Desde aquel entonces, PUNTO NORTE se trasladó al área afectada y vio cómo los damnificados que desde hace dos semanas reúnen la documentación para probar que son propietarios o que heredaron el predio.

Algunos investigaron el precio de las rentas en los alrededores, pero están muy alejados de su presupuesto.

Oscilan entre los 300 y los 700 dólares, además les imponen como condición que habiten la propiedad pocas personas. Hay afectados cuyas familias son de hasta ocho o 10 miembros.

“No estamos preparados económicamente para pagar una renta, muchos tenemos trabajos eventuales, apenas alcanzaba para pagar los servicios”, comentó Alejandra.

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Vecinos han registrado cómo aumentan las grietas

En el censo vecinal realizado en marzo, son poco más de cien casas afectadas y de 150 familias que se están quedando sin hogar, ya que en algunos terrenos había hasta cuatro familias.

Las familias están dispuestas a aceptar una reubicación, pero saben que será un proceso largo. Conocen lo sucedido en Lomas del Rubí, que se ubica a unos metros de sus casas y saben que el panorama no es alentador.

Hay casos en que los propietarios fallecieron, pero sus hijos y familiares se quedaron a vivir ahí, quienes podrían quedar fuera de los beneficios al no contar con el título de propiedad a su nombre.

La tierra se sigue moviendo

En 2003 fue la primera vez que la tierra les mandó un aviso. A 17 años de distancia, el deslizamiento se reactivó, lo que, a decir del director de Protección Civil Municipal, José Luis Rosas Blanco, obligó a etiquetar 103 viviendas, 30 con engomado amarillo y 73 con engomado rojo.

Desde hace 15 días se reportaron las primeras grietas y desde entonces no han dejado de avanzar.

“Es una reactivación de ese deslizamiento, que en su momento se detuvo, pero ahora las mediciones nos dicen que se está moviendo de tres milímetros hasta un centímetro diario. Tenemos 15 puntos de monitoreo y los estamos midiendo cada vez que vamos, sí se está moviendo, sí está inestable, es una situación de riesgo para la población, porque se nos puede deslizar la masa en cualquier momento”, dijo en marzo.

El funcionario aseguró que los monitoreos se realizan día y noche; se marcan los testigos y al regresar se vuelven a medir para ver qué tanto avanzaron las grietas. También han detectado nuevos hundimientos, tanto en las viviendas como en la vía pública, pero además las grietas son profundas.

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Marcada como zona de alto riesgo hace tres meses, pero sin ayuda gubernamental

Por su parte, también entrevistado en marzo, el delegado federal en Baja California, Alejandro Ruiz Uribe, explicó que como autoridad federal no han establecido contacto con los afectados, porque es el gobierno estatal, a través de la dirección de Protección Civil, el que tiene qué hacer un balance de los daños.

“Ahorita está haciendo la visita Protección Civil para poder determinar la naturaleza y el origen de los daños, a partir de eso verificaremos si se puede adelantar cuales son los daños por venir”.

Del resultado dependerá si el perímetro se puede declarar como zona de desastre, para entonces solicitar recursos federales.

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