Enferma a adultos mayores el confinamiento; se vacunan para poder ver a sus familiares

En espera de la vacuna. Foto: Aimee Melo

Tijuana.- Deprimidos, cansados y con afectaciones psicológicas, es como adultos mayores han enfrentado el confinamiento, a lo que se suma la tristeza por el repentino fallecimiento por COVID-19 de familiares, vecinos y amigos muy queridos, de quienes no pudieron despedirse.

De hecho, para decenas de ellos acudir a los puntos de vacunación fue la primera salida en mucho tiempo, porque han permanecido en estricto resguardo.

A partir de que reciban la segunda dosis y la vacuna les ofrezca protección contra los síntomas severos de la enfermedad, esperan recuperar un poco de la vida que tenían antes de la pandemia.

La señora Soledad Rodríguez, relató que tuvo que recibir terapia psicológica, porque el encierro estaba acabando con su salud mental.

“De principio se me hizo difícil, porque no está uno acostumbrado a estar ahí, lo mismo, lo mismo, encerrado. Se te baja la moral, me deprimí demasiado, mis hijos cuando iban me daba miedo verlos”, relató.

Ir a vacunarse, es la primera salida desde la pandemia para muchos de ellos. Foto: Aimee Melo

Comentó que todavía no se siente recuperada, de pronto le dan muchas ganas de llorar, “me entra un sentimiento, por eso estoy yendo con la psicóloga, porque sí me he visto mal”.

Tiene cinco hijos, que cada fin de semana acostumbraban reunirse en su casa, lo que cambió con la pandemia. Siente que ha perdido tiempo de convivir con ellos y con sus nietos, pues la comunicación es solo por teléfono, “se me ha hecho muy difícil y todavía no se termina”.

Ella reside en Playas de Rosarito, a donde acudió a recibir la vacuna contra el COVID-19, aunque seguirá en resguardo en espera de recibir la segunda dosis.

Para el señor Esteban Hernández, el confinamiento ya le dejó secuelas, pues expresó que no estaban preparados para encerrarse en sus casas y dejar de tener contacto con sus seres queridos.

“Yo me enfermé del puro encierro, me llevaron al médico, me bajó mucho la presión, me dijo el doctor que agarrara mi carro y me fuera a dar la vuelta, que no tenía nada”.

Aunque está jubilado, era una persona muy activa antes de la pandemia; de manera periódica viajaba a Sonora a visitar a sus familiares, “pero ya no podía hacerlo, para que no me contagiaran o yo a ellos”.

Además del encierro, adultos mayores entrevistados por PUNTO NORTE reconocieron que les afectó saber de familiares, vecinos y amigos enfermaron y fallecieron a causa del COVID-19.

En camino a la vacuna. Foto: Aimee Melo

No pudieron ir a despedirlos, ni a ofrecer el pésame. También sentían que podía pasarle a cualquiera, por lo que el miedo al contagio se disparó y reforzaron el aislamiento.

“Hubo gente que falleció que no tenía por qué haber fallecido, en verdad, no sabemos ni en qué momento te puedes contagiar por más que te cuides en tu casa”, expresó el señor Esteban, quien tiene 69 años de edad.

En espera de que llegue el día de recibir la segunda dosis, la señora Roselia Delgado comentó que ha sido un año muy complicado, “ya es mucho el encierro”.

Por momentos ha caído en la desesperación y le ha frustrado no poder salir a la calle o ver a sus familiares. Por eso el tiempo que estuvo en la fila para recibir la vacuna fue lo de menos.

Las personas que recibieron la vacuna Pfizer recibirán la segunda dosis entre 21 y 42 días después de la primera.

Los adultos mayores que fueron vacunados con una dosis de Sinovac serán llamados a que acudan por la segunda antes de que se cumplan los 28 días.

En los municipios donde se aplicó la vacuna AstraZeneca, la segunda dosis se aplicará entre 28 y 84 días después.

Hasta la fecha, la Secretaría de Salud reporta que se han vacunado 241 mil 117 adultos mayores.

Mientras que en la entidad continúan disponibles 44 mil 141 vacunas para ser aplicadas.

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