Personas con obesidad y enfermedades crónicas le pierden el miedo al Covid

Tijuana.- Aunque el COVID-19 ha pegado con mayor fuerza a las personas con enfermedades crónico-degenerativas relacionadas con la obesidad, en los consultorios no ha habido un repunte de pacientes interesados en la detección oportuna, ni en mejorar sus hábitos alimenticios.

Y quienes acuden ante el médico piden que les receten vitaminas o algún producto “milagro” para fortalecer su sistema inmunológico.

Para el presidente del Medical Health Cluster, Abraham Sánchez Frehem, lo lógico era que hubieran aumentado las consultas para la detección oportuna de la diabetes y la hipertensión, así como para combatir la obesidad, pero no ha sucedido así.

“Desafortunadamente muy pocos pacientes han llegado en estos meses”, expresó, “la gente es muy afecta a la magia, quieren vitaminas para aumentar las defensas, cuando los ves así ‘redonditos’, sudando, caminando a fuerzas. No ocupa vitaminas, ocupa bajar de peso, pero la gente no busca eso, busca la solución fácil”.

Hay personas que prefieren colgarse un dije con dióxido de cloro, porque supuestamente eso los protege, así como ingerir productos que prometen reforzar el sistema inmune, en lugar de tomar consciencia de su salud y de prevenir o controlar su enfermedad crónica, señaló.

“No hemos visto esa respuesta, volvemos a lo mismo de antes”, indicó, porque ya se disipó el miedo que se tenía al principio de la pandemia.

Con la vacunación contra el COVID-19, estimó que también habrá menos personas interesadas en cuidar su salud, porque creen que ya están protegidos y son inmunes contra el mortal virus.

Sánchez Frehem recalcó que en México mueren más personas por enfermedades cardiovasculares, como hipertensión o colesterol elevado, que por COVID-19, pero pocas personas están dispuestas a hacer un cambio radical en su estilo de vida.

Por cada tres personas hipertensas, se estima que hay dos que no lo saben y se van a enterar cuando ya presenten alguna complicación o daño irreversible, ya sea cerebral, cardíaco o renal.

“A la gente no le gusta hacer actividad física, hay gente que se siente orgullosa, ‘yo nunca voy al doctor, yo me siento muy bien’, pero ¿cómo están por dentro?, no lo saben, hasta que tiene una complicación”.

El líder de los médicos indicó que en la consulta privada se mantienen con los mismos pacientes, que ya tenían expediente desde antes de la pandemia y por lo general solo acuden cuando tienen malestares, no a revisiones de rutina o periódicas.

Lamentó que esto no haya cambiado con la presencia de un nuevo virus, incluso sigue habiendo pacientes que cuando se sienten mejor creen que ya están sanos, cuando las enfermedades crónico-degenerativas no son curables, sino tratables.

Si bien con la vacunación disminuye la probabilidad de que el paciente experimente la fase grave de la enfermedad y con ello la muerte, el médico familiar recalcó que el biológico no es la solución a los problemas de salud que enfrenta la mayor parte de la población adulta.

“Ven a la vacuna como si fuera un escudo protector al cien por ciento, y no es así; tal vez no se mueran de COVID, pero sí son propensos a infartos, por ejemplo”, además de que con eso no se combate la obesidad.

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