San Diego.- La frontera Tijuana-San Diego se ha convertido en uno de los principales destinos para ciudadanos brasileños que intentan cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.
Cada mes se registran por lo menos mil cruces ilegales de ciudadanos procedentes de Brasil por esta frontera.
Esto ha obligado a reasignar más elementos de la Patrulla Fronteriza a los centros de detención en la vecina ciudad de San Diego, informó la autoridad norteamericana.
Y es que debido a las barreras del lenguaje y otros factores, “procesar a tantos brasileños está agotando los ya de por sí limitados recursos”.
De acuerdo a la Patrulla Fronteriza, mientras que en el año fiscal pasado se detuvo a 330 personas originarias de Brasil por intentar cruzar la frontera sin documentos, ahora, desde octubre de 2020 a la fecha, se reportan más de 7 mil 300 detenciones de este tipo.
La problemática se ha agudizado, ya que desde abril pasado están ingresando de forma irregular más de mil brasileños al mes nada más por San Diego, California.
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“Esto representa un incremento de más del 114,000% con respecto al mismo periodo del año fiscal 2020, cuando San Diego reportó nada más seis aprehensiones de ciudadanos brasileños”, indicó la Patrulla Fronteriza, a través de un comunicado.
En abril, autoridades migratorias en Tijuana detuvieron a 14 migrantes originarios del país sudamericano justo antes de cruzar hacia territorio nortemericano, a la altura de la colonia Nido de las Águilas.
De acuerdo a información extraoficial, ya se había reportado un mayor flujo de migrantes brasileños, quienes arribaron a Tijuana por avión, procedentes de Ciudad de México e ingresando al país con visa de turistas.
Para los norteamericanos, este repunte “sin precedentes” ha complicado las labores del sector San Diego.
Además de la oleada brasileña, los cruces ilegales y detenciones de personas en situación de movilidad también siguen creciendo para llegar a los más de cien mil casos, “el número más alto en una década”.
“A pesar de los desafíos, nuestros agentes continúan protegiendo al país, mientras procesan a los migrantes de una manera humana y profesional”, aseguró Aaron M. Heitke, jefe de la Patrulla Fronteriza del sector San Diego.
El éxodo de migrantes procedentes de Haití, Centroamérica y ahora Sudamérica, para solicitar asilo político en Estados Unidos, también mantiene las alarmas encendidas en el Gobierno de México.
Desde hace meses, miles de migrantes extranjeros y del interior del país se concentran en un campamento afuera de la garita El Chaparral, en espera de su turno para solicitar asilo político a Estados Unidos.
Un trámite suspendido durante la pandemia de Covid-19 y que tras reanudarse, generó confusión entre personas en condición de movilidad que se apostaron en El Chaparral con la idea que se aceptarían nuevas solicitudes.
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Justo en julio pasado, la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, visitó Tijuana para supervisar los trabajos del Instituto Nacional de Migración, y se comprometió a resolver la problemática generada por este tema.