La extraña muerte de ‘El Morral’, el sicario que torturó y mató con su novia a dos menores migrantes en Tijuana

Tijuana.- ‘El Morral’, un conocido delincuente en el bajo mundo criminal de Tijuana, murió bajo inesperadas condiciones médicas en la prisión de El Hongo, antes de que le fuera dictada una sentencia por el homicidio de dos adolescentes hondureños, quienes llegaron a Tijuana en la caravana migrante de 2018.

Los jóvenes fueron asesinados una noche de diciembre. Los responsables fueron ‘El Morral’, dos de sus amigos y ‘La Keileen’, su novia, una joven rubia, quien torturó y llevó con engaños a Jorge, Jasson Alexander y un tercer adolescente hasta una cuartería de la Zona Norte en la ciudad.

El fallecimiento de El Morral, desafió al personal médico de la cárcel y del Hospital General de Tijuana, pues los síntomas que presentaba eran –en medio de la pandemia– parecidos a los provocados por el Covid, como la insuficiencia respiratoria y fiebre. Pero este padecimiento fue inmediatamente descartado.

‘El Morral’

El delincuente sufría fuertes crisis dentro de prisión, convulsionaba, quedaba desorientado, sin poder articular palabras, no respondía a los estímulos dolorosos, presentaba desviación de la boca y no tenía capacidad para retener la saliva, con dificultad para respirar, amoratado de las manos y labios.

En un principio, los médicos localizaron una cicatriz en la cabeza de ‘El Morral’, lo cual les hizo sospechar que su condición médica se debía a un viejo traumatismo en el cráneo.

Sin embargo, una placa de rayos X reveló un sorprendente hallazgo: ‘El Morral’ tenía alojadas en la cabeza esquirlas de proyectil de arma de fuego.

Días después, los médicos descartaron que el plomo dentro de su cráneo fuera el responsable de su delicado estado de salud que finalmente lo llevó a la muerte.

‘La Keileen’

Hace unos días, se cumplió el tercer aniversario del homicidio de los jóvenes de origen hondureño en Tijuana.

El asesinato se registró en medio de una campaña de odio en contra de los migrantes, alimentada incluso desde la esfera política, como el caso del panista Juan Manuel Gastélum Buenrostro, entonces presidente municipal de Tijuana y quien calificó a los migrantes como “una bola de vagos y marihuanos”.

PUNTO NORTE realizó una investigación periodística para saber qué sucedió con El Morral, su novia y dos asesinos más, estos últimos actualmente purgan sentencias desde los 46 a los 87 años de prisión.

Jasson y Jorge, desplazados por la violencia de Centroamérica

Jasson Ricardo y Jorge Alexander llegaron a Tijuana en octubre de 2018 junto a la primera Caravana Migrante.

Habían salido desde San Pedro Sula en Honduras con la intención de cruzar hacia los Estados Unidos.

Jasson cumplió los 17 años en noviembre de ese año y Jorge Alexander tenía solo 16.

Jasson Ricardo y Jorge Alexander

Fueron desplazados por la violencia y pobreza en sus lugares de origen, pero los adolescentes no encontraron un panorama muy distinto en esta frontera.

Ambos habían encontrado un hogar provisional en el albergue YMCA, ubicado sobre el bulevar Cuauhtémoc Sur, y el cual alojaba únicamente a menores de edad.

Cerca de la 1:00 de la tarde del sábado 15 de diciembre de 2018, los adolescentes salieron del albergue con un tercer compañero. Caminaron hacia la unidad deportiva “Benito Juárez”, ubicada en la Zona Norte, que en aquel entonces sirvió de campamento temporal para cientos de familias de la caravana migrante.

A decir de testimonios recabados por las autoridades para reconstruir las circunstancias alrededor de este doble homicidio, Jasson Ricardo y Jorge Alexander se dirigieron a ese sitio para visitar a otros amigos de su edad que se encontraban viviendo en la unidad deportiva.

El albergue de la Unidad Deportiva Benito Juárez

Pero por la calle 5 de Mayo de la Zona Norte, se encontraron con dos mujeres jóvenes, quienes les pidieron ayuda para buscar a un perro que se había escapado de su casa.

Una de las mujeres era Keileen Esmeralda García, quien hoy purga una condena de casi 47 años de prisión.

‘La Keileen’ y su amiga platicaron por algunos minutos con los jóvenes migrantes, y después los invitaron a su casa, una cuartería de la Zona Norte. Una vez dentro, los menores descubrieron que se trataba de un asalto.

En la casa estaban Juan Carlos Martínez ‘El Morral’ y novio de Keileen, Francisco Javier Zavala ‘El Zanahorio’ y Alberto Lara ‘El Gordo’.

‘El Zanahorio’, ‘La Eileen’ y ‘El Morral’

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El grupo de delincuentes les quitó sus celulares, dinero y después los golpearon brutalmente. La amiga de Keileen se retiró del lugar, pues dijo a las autoridades que no quiso seguir participando en la agresión.

No conformes con haberles robado y amenazado, ‘El Morral’, ‘La Keileen’, ‘El Zanahorio’ y ‘El Gordo’ humillaron y torturaron a los tres menores durante varias horas.

A uno de ellos, lo despojaron de su ropa y luego lo vistieron con ropa interior de mujer. Las marcas en sus cuerpos hablan de golpes con puños y otros objetos, quemaduras, heridas producidas con cuchillos.

En una oportunidad, mientras el grupo continuaba golpeando a dos de ellos, el tercer adolescente logró escapar del lugar.

‘La Keileen’

En la callle, todavía fue perseguido por ‘La Keileen’, quien lo amenazaba de muerte a gritos hasta que el menor logró subirse a un camión de transporte público que circulaba por la avenida y cuyo conductor, tras escuchar lo que había vivido, lo llevó hasta el albergue de donde había salido ese día junto a sus dos amigos.

Jasson Ricardo y Jorge Alexander no corrieron con la misma suerte. Después de torturarlos, los ahorcaron con unos alambres hasta la asfixia.

Ya sin signos de vida, los menores fueron envueltos en unas cobijas, sujetados con cuerdas y abandonados en el callejón Quintana Roo, de la delegación Centro.

De acuerdo al reporte policiaco, los cuerpos fueron localizados por agentes de la Policía Municipal sobre una banqueta, cubiertos con cobertores y sábanas.

Dos días después del crimen, el 17 de diciembre, elementos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Municipal acudieron a una vivienda sobre la calle Novena, en el callejón Pio Pico.

El grupo de delincuentes detenido

El 17 de diciembre a las 4:00 de la mañana, el grupo especial de la Municipal irrumpió en una cuartería de la Zona Norte.

En uno de las habitaciones encontraron durmiendo a Juan Carlos, ‘El Morral’, a su novia Keileen y a ‘El Zanahorio’. Los uniformados les localizaron ‘cristal’ y los turnaron a la Fiscalía General del Estado por ese delito.

Este grupo policiaco ya había obtenido datos sobre los responsables.

Primero porque el adolescente centroamericano que logró sobrevivir, aportó su testimonio y, segundo, porque la amiga de Keileen había sido interrogada.

La joven había aportado detalles de lo sucedido, además los municipales habían entrevistado a varios delincuentes de la zona, quienes estaban enterados del doble homicidio.

En las siguientes horas, la extinta Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) había logrado obtener la orden de aprehensión en contra de los delincuentes por los delitos de homicidio calificado, privación ilegal de la libertad y lesiones calificadas.

En su declaración, ‘El Morral’ dijo se dedicaba al robo y al narcomenudeo, pero que al momento de la detención era sicario y trabajaba para unos delincuentes relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación, encargados de la distribución de drogas en un sector de la Zona Centro.

‘El Morral’

‘El Morral’ platicó, además, que hace un año, antes de iniciar su relación sentimental con ‘La Keileen’, mantuvo una relación sentimental con una mujer llamada ‘La Betsy’.

‘La Betsy’ era encargada de un grupo criminal y de narcomenudistas de la Zona Norte, a quien habían asesinado y abandonado en bolsas negras de basura días antes.

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Juan Carlos contó también que tres meses antes lo habían baleado en el exterior del Casino Caliente sobre calle Cuarta de la Zona Centro.

Relató que dos hombres le apuntaron con un arma de fuego, forcejearon un poco y después le dispararon. El par huyó después de ver a ‘El Morral’ lesionado y tendido en la banqueta.

La muerte de ‘El Morral’

El Morral duró poco tiempo en la cárcel. El 5 de mayo de 2020, cuando un policía penitenciario pasó lista a los presos, el delincuente ya no respondió al llamado.

Había muerto en una camilla en el área de enfermería en la cárcel de El Hongo, en Tecate.

El cadáver del homicida estaba amoratado de las manos y de la boca, un signo inconfundible en las personas que sufren falta de oxigenación.

Días antes de su muerte, el sicario había sido trasladado de la penitenciaría de Tijuana a El Hongo.

En aquella prisión, el 25 de abril de 2020, un año y medio después de asesinar a Jasson Ricardo y Jorge Alexander, Juan Carlos tuvo una crisis por convulsiones tónico clónicas, con pérdida de conocimiento y movimientos corporales bruscos.

Esto bajó drásticamente su oxigenación a un 62%, por lo que se le colocó una mascarilla hasta restablecerse, se le aplicó Diazepam intravenoso y su estado de salud mejoró.

Al día siguiente, la salud de ‘El Morral’ volvió a agravarse, tuvo otra crisis de convulsiones, tenía la quijada dislocada, salivaba, no podría hablar ante su estado de desorientación, y se le mantuvo con tratamiento hasta que se restableció.

La caravana de 2018 trajo muchos menores migrantes no acompañados a la frontera

A la semana, nuevamente ‘El Morral’ convulsionó. Fue internado, otra vez, en el área médica de El Hongo, en donde se le aplicaron medicamentos intravenosos, oxígeno.

También se le realizaron diversos estudios, entre ellos una placa de Rayos X de su cráneo, la cual advirtió la presencia esquirlas.

Los fragmentos de bala correspondían al ataque armado que había sufrido en el Casino Caliente en la Zona Centro casi dos años antes.

En los días siguientes, la salud de delincuente siguió siendo atendida por los médicos de El Hongo: las convulsiones no cesaron, no respondía a estímulos, tenía dificultad respiratoria, fiebre y su oxigenación era muy baja.

Finalmente, el 5 de mayo fue trasladado al Hospital General de Tijuana, en donde ese mismo día se le dio de alta.

De acuerdo a las notas médicas del Hospital, el estado de salud de ‘El Morral’ era causado por una meningitis, quedando descartado cualquier otro padecimiento.

La meningitis es la inflamación de las membranas del cerebro o la espina dorsalmente, provocada por un virus o una bacteria.

Ese mismo día, se le trasladó de nuevo al centro penitenciario en El Hongo y fue puesto en el área de encamados en enfermería para su observación, en donde finalmente perdió la vida.

Sentencias

‘El Morral’ murió sin recibir sentencia por el homicidio de Jorge y Jasson Alexander.

La Fiscalía Especializada en Delitos contra la Vida obtuvo para Francisco Javier ‘El Zanahorio’ una condena por 87 años y dos meses de prisión.

El homicida no reconoció su resposanbilidad en el crimen, por lo cual se llevó a cabo el juicio en donde se le encontró culpable.

Esmeralda ‘La Keileen’ se sometió a un procedimiento abreviado tras admitir su culpa.

Como resultado, su condena fue menor: pasará 53 años y 5 días tras las rejas.

Los dos sentenciados enfrentan además una multa de 1.6 millones de pesos, cada uno.

El crimen se dio en medio de un discurso de odio contra los migrantes promovido por el entonces alcalde Juan Manuel Gastélum ‘El Patas’

El cuarto participante del doble homicidio es Alberto Lara ‘El Gordo’, pero a él lo detuvieron meses después del crimen y en posesión de drogas.

El hombre, de ese entonces 28 años, contaba con antecedentes por posesión de arma de fuego y fue el 15 de mayo de 2019 cuando agentes municipales lo remitieron a la Unidad Especializada en Narcomenudeo.

Al salir de ahí, Alberto era esperado para cumplimentarle una orden de aprehensión por homicidio calificado con ventaja, privación ilegal de la libertad agravado y lesiones calificadas en contra de los dos adolescentes.

‘El Gordo’ fue internado en la Penitenciaría, sometido a juicio y hoy continúa purgando una condena de 46 años y nueve meses de prisión, más una multa de poco más de 807 mil pesos.

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Fundador de Punto Norte en 2019. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California (Campus Tijuana). 12 años como periodista de investigación, editor y columnista en temas de transparencia, seguridad pública, administración pública y gobierno. Asistente de investigación en el Colegio de la Frontera Norte. Editor de Zoom Político y de la columna Cuentahiloz en Semanario Zeta. Sus reportajes se publicaron en Proceso, Aristegui Noticias, Reporte Índigo, Por Esto, entre otros. Formó parte del equipo de investigación en Southern Pulse de Washington, D.C. Premio al Periodismo de la Cumbre Fronteriza 2020 (San Diego, California).