Tijuana.- La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda lamentó el homicidio del sacerdote José Guadalupe Rivas Saldaña, quien fue localizado sin vida ayer por la noche, en una residencia de Hacienda Santa Verónica, en el municipio de Tecate.
Además, hizo un llamado a la Fiscalía General del Estado (FGE) para que este hecho, en el que dos personas perdieron la vida, no quede impune.
“Que las investigaciones se den de manera clara, contundente y que no quede en la impunidad, nuestra postura siempre será de cero impunidad”, expresó la gobernadora.
El sacerdote, quien además estaba a cargo de la Casa del Migrante en Tecate, fue visto por última vez el domingo 15 de mayo, por sus compañeros de la iglesia San Judas Tadeo.
De acuerdo con el fiscal general del Estado, Ricardo Iván Carpio Sánchez, después de varios días de ausencia, los compañeros del religioso acudieron a buscarlo al rancho en Santa Verónica.
Y al ingresar a la vivienda, encontraron dos personas sin vida con golpes contusos; uno de ellos, con el rostro totalmente desfigurado, al parecer por la fuerza del golpe.
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Carpio Sánchez dijo que no se descarta ninguna línea de investigación, incluso las que pudieran estar relacionadas con su trabajo al frente de la Casa del Migrante de Tecate.
Justo esta mañana, en conferencia de prensa transmitida en sus redes sociales, el alcalde de Tecate, Darío Benítez, intentó minimizar el hecho violento e incluso decir que no se trató de un homicidio, pues aseguró que todavía no se podía determinar la causa de la muerte del sacerdote, además de que no se habían localizado casquillos en la escena.
“La impresión que tuvo el primer respondiente nos da la impresión de que probablemente fue una especie de explosión”, dijo el presidente municipal.
Las declaraciones del presidente municipal no solo contienen información falsa, pues la Fiscalía ya lo clasificó como homicidio doloso, sino que en su facultad no está la investigación ni clasificación de delitos.
Además, la hipótesis de Darío Benítez fue descartada por el titular de la FGE.
“Estamos trabajando en la carpeta de investigación por lo que resultase, con los datos que se tienen hasta este punto, se trata de una privación de la vida y por los signos cadavéricos, se presume un homicidio”, mencionó Carpio.
Tanto Marina del Pilar como el fiscal del Estado extendieron sus condolencias a la comunidad religiosa por el deceso del sacerdote, quien formaba parte de la Arquidiócesis de Tijuana desde hace más de una década.
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