“Tienen que darles un castigo ejemplar”, exige esposa de comerciante desaparecido por policías

Foto: Karen Castañeda

Tijuana.- Familiares y amigos del comerciante Alberto Cantero, quien se encuentra desaparecido tras ser privado de la libertad por dos policías municipales, protestaron frente a los juzgados penales del Poder Judicial del Estado para exigir su aparición con vida y castigo ejemplar para los raptores.

El jueves 22 de septiembre, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó de la cumplimentación de una orden de aprehensión contra los dos elementos de la Policía Municipal por el delito de desaparición forzada.

Al día siguiente, el viernes 23 de septiembre, el contingente se presentó al exterior de los juzgados y del Centro de Reinserción Social (Cereso) La Mesa, donde los policías se encuentran recluidos.

Lorena López, esposa de la víctima, exigió “que caiga todo el peso de la ley, esas personas no deben salir a las calles, porque no saben ganarse el dinero honradamente, exigimos justicia, esto no puede quedar así”.

La noche del 1 de septiembre, alrededor de las 20:00 horas, Alberto Cantero salió de su casa, con una cantidad de dinero que iba a pagar con motivo de su negocio, una dulcería en el Mercado Hidalgo.

Su esposa explicó que al darse las 11:00 de la noche, Alberto no había respondido sus mensajes y su teléfono estaba apagado, por lo que ella fue a la casa de la persona a quien iba a pagarle Alberto.

Foto: Karen Castañeda

Al llegar al domicilio no respondieron a su llamado desde la calle, por lo que Lorena rastreó el teléfono de su esposo y así supo que su última ubicación había sido en la colonia Libertad, en la calle 16 y Pino Suárez.

La investigación de la FGE, con la cual se obtuvieron las órdenes de aprehensión contra los oficiales, indica que fue precisamente en la calle 16 de la colonia Libertad, donde los oficiales a bordo de una patrulla tipo pick-up de la Policía Municipal, le marcaron el alto, para luego detenerlo y llevarse su vehículo.

La esposa de la víctima asegura que reportó el hecho ante agentes municipales en distintas delegaciones, pero ninguno tomó su denuncia.

“Me decían ‘señora, váyase a su casa y relájese, su esposo anda de peda ahí con sus amigos’”, recordó.

Incluso, dice, en el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas o Ausentes de la FGE tomaron en serio su caso hasta el sábado 3 de septiembre.

Como no recibió ninguna llamada pidiendo rescate, y ante la pasividad de las autoridades, decidió publicar la situación y pedir ayuda por medio de las redes sociales para dar con el paradero de Alberto.

Gracias a esto, algunas personas se contactaron con ella de manera anónima para darle pistas sobre unas cámaras en la zona de la última localización registrada en el teléfono de su esposo.

Al tener acceso a esas imágenes se dio cuenta de que se trataba de una privación ilegal por parte de agentes de la policía municipal.

Foto: Karen Castañeda

“Temo por mi seguridad, porque hay policías involucrados. No salgo de mi domicilio más que si tengo que ir a la Fiscalía, o en este momento. A mis hijos no los he mandado al colegio. Vivo con miedo, la verdad. Imagínense en manos de quién estamos”, expresó y reconoció que recientemente le han ofrecido protección por parte de la Fiscalía.

También dijo que cuando se supo que los raptores de Alberto eran policías municipales, tuvo una reunión con el secretario de Seguridad Pública Ciudadana de Tijuana, José Fernando Sánchez González.

El funcionario municipal se comprometió con ella a entregar de manera inmediata cualquier información que la Fiscalía pidiera sobre el caso, para contribuir a la detención de los dos sujetos.

“Yo necesito que me aseguren que (los policías indiciados) no van a salir, y que si hay más gente involucrada, también caiga”, suplicó.

Esto lo señaló porque durante la búsqueda de información sobre el paradero de su esposo, familiares de otras personas desaparecidas le compartieron que habían sido víctimas de los agentes procesados y de otros agentes municipales, pero que no habían denunciado porque habían sido amenazados y finalmente sus familiares habían sido liberados con vida.

“Yo tengo mucha fe en que todavía está vivo. Yo nada más quiero que estas personas hablen. Tienen que hablar”, confió.

Finalmente, Lorena agradeció el apoyo de las personas que de manera anónima le hicieron llegar información sobre lo sucedido con Alberto, e hizo un llamado a la gente a documentar cuando algún elemento policiaco realice algún delito contra alguna persona, porque en casos como el suyo, ayuda a dar con los culpables.

Foto: Karen Castañeda

“Estas personas tienen que tener un castigo ejemplar, porque si no, esto no va a parar. Como ciudadanos tenemos que perder el miedo, y exigir y denunciar porque este tipo de gente no puede estar por las calles”, aseveró.

Lorena lamentó que policías como los que privaron de la libertad a su esposo, abusen del poder que les da el cargo público que tienen, y que tengan desconsideración para con las familias de las personas que desaparecen.

“Yo no sé cómo se sienten a gusto de que, con ese dinero ganado de mala manera, robando y extorsionando, le dan de comer a sus hijos, pagan escuelas, compran cosas. Yo no lo entiendo”, condenó.

Ella portaba un cartel con la foto de “Beto”, como le llamaban todos los presentes al comerciante, y un letrero que pedía justicia; mientras que otros manifestantes traían imágenes de los agentes indiciados, con la leyenda “Ratas secuestradores”.

Entre el llanto, la esposa de José Alberto Cantero Ramírez describió a este como un hombre honrado, dedicado a su familia y con mucho amor por su trabajo.

“Siento una profunda impotencia, coraje, tristeza, porque yo no quiero que mi esposo sea un caso más. Tiene que haber justicia. Tenemos dos hijos, mi suegra está deshecha, y no es justo que ellos no se toquen el corazón”, dijo.

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