Tijuana.- Jóvenes migrantes venezolanos que fueron liberados de la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tijuana, tras el motín registrado el martes pasado, pernoctan en las instalaciones de la Central Camionera.
Como en otras terminales de autobuses a lo largo de la frontera, un grupo de migrantes venezolanos y colombianos permanecen en la Central de Tijuana desde la noche del jueves 20 de octubre, en espera de contactar con sus familiares en Estados Unidos o Sudamérica.
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En entrevista con Punto Norte, tres jóvenes migrantes y parte del grupo de personas detenidas en la estación migratoria de la colonia La Esperanza, tras ser deportado de Estados Unidos, compartieron sus impresiones del motín registrado el martes pasado.
Los jóvenes denunciaron que las celdas de la estación estaban saturadas, no recibían agua para beber y los baños se encontraban sucios, y no les dejaban comunicarse con su familia.
“Era un cuarto de tres por tres, y querían meter 500 migrantes. Había gente desmayándose”, dice Jesús, uno de ellos.
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Como el personal de Migración ignoró sus quejas, presionaron con gritos y tras presionar, aprovecharon un momento en que abrieron una puerta para salir todos.
“Era lo único que queríamos”, dice Yhommé, un joven de 18 años, quien fue separado de su familia cuando fue detenido al cruzar a Estados Unidos.
Luego del motín, grupos de migrantes fueron trasladados a otras estaciones en Tabasco, según les avisaron las autoridades migratorias.
Los traslados se llevarían a cabo por grupos, por lo que mientras esperaran su traslado, les mantendrían encerrados nuevamente en las celdas.
Sin embargo, dicen los jóvenes venezolanos, dialogaron con las autoridades del INM y acordaron que les liberaran poco a poco.
Por grupos de diez personas aproximadamente, el mismo personal del Instituto Nacional de Migración los ha trasladado a la terminal de autobuses de la ciudad, a petición de los migrantes, según contaron ellos.
Ahí permanecen sin saber qué hacer, a la espera de contactar a sus familiares en Estados Unidos o en Sudamérica.
Yohmmé, Jesús y Saúl permanecerán ahí, dicen, hasta que tengan oportunidad de trabajar y sacar algún ingreso que les permita movilizarse.
Mientras esperan, reciben alimento de una iglesia contigua a la Central Camionera y de algunas personas que pasan por ahí.
(Con información de Alejandro Gutiérrez)
