Tijuana.- La licorería Enzo Wine & Spirits, donde una empleada fue amenazada por un cliente y logró escapar de él saltando de la zona de cajas y corriendo hacia la calle, no cuenta con permiso para consumo de alcohol, pese a prestar este servicio.
El comercio, ubicado en la avenida Hipódromo 12-A de la colonia Hipódromo, promueve en sus redes sociales, el servicio de bar -aunque no lo llama propiamente de ese modo- mediante la venta de medias copas, copas y botellas para consumir dentro, al igual que promociona eventos especiales de degustación de vinos por medio de la venta de boletos.
De acuerdo a fuentes de la Dirección de Inspección e Verificación Municipal por este medio de comunicación, Enzo cuenta con permiso para venta de alcohol por medio de la empresa Modelo, pero no tiene permiso de las autoridades municipales para el consumo de alcohol, al tratarse de dos actividades distintas.
Además, el comercio no cuenta con servicio de seguridad para prevenir un incidente como el ocurrido el domingo, cuando uno de los clientes atacó a la cajera que se encontraba en ese momento atendiendo el local.
El domingo 20 de noviembre, alrededor de las 11:15 horas, un hombre con sudadera azul llevó una botella ante el mostrador para que la cajera la cobrara, pero antes de pagar el costo, camina hacia la derecha simulando querer tomar algo de una repisa.
Sin embargo, luego ingresa a la caja, por un espacio abierto del lado de la repisa, y se lleva el dedo a la boca para indicarle a la joven que guarde silencio.
Gracias a la habilidad y rápida reacción de la empleada, quien tomó su banco para empujarlo hacia la pared y luego subió hacia el mostrador para salir corriendo a la calle, escapó del hombre, quien salió detrás de ella.
El sujeto aparentaba estar bajo el influjo de alguna sustancia, indicó la mujer tras los hechos.
El momento fue captado en vídeo, así como cuando la empleada salió corriendo del lugar y el sujeto se lleva uno de los celulares que tenía consigo al oído mientras camina de manera calmada en dirección opuesta.
Una vez lejos del local, la mujer llamó al 911 para reportar los hechos y aunque una patrulla de la Policía Municipal acudió siete minutos después de la llamada, el propietario del lugar aseguró a medios de comunicación que la unidad tardó una hora y media en llegar.
En realidad, los oficiales realizaron un recorrido en el área, pero no lograron localizar al hombre. Además, al no haber sido robado nada del establecimiento, tampoco levantaron un reporte por este hecho.
Locatarios y vecinos de la zona comentaron a este medio de comunicación que aunque el local tiene un horario de cierre a las 9:00 de la noche, permiten el consumo de alcohol pasado de esta hora, cuando han visto a clientes en el interior tomando.
