CESPT no entregó estudio que prometió a vecinos sobre deslizamiento en Sánchez Taboada: sus casas siguen en peligro

Foto: Enrique Cortez

Tijuana.- A un mes de que fue declarada como zona de riesgo el polígono donde viven 60 vecinos de la calle Erídano, de la colonia Sánchez Taboada, debido a las fugas de agua de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), no les ha sido brindada una solución para no perder su patrimonio.

Entre los afectados hay tres personas con discapacidad y 14 menores de edad, así como personas de la tercera edad, quienes continúan viviendo en las 19 casas que fueron etiquetadas con engomado rojo, el nivel más alto de riesgo de colapso, por la Dirección Municipal de Protección Civil.

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La semana pasada, el 28 de mayo, cuando un grupo de vecinos se manifestó en las oficinas centrales de la CESPT para exigir una pronta solución, los recibió el director de la paraestatal, Jesús García Castro, junto a una geóloga de la Dirección Municipal de Protección Civil y personal de la Secretaría General de Gobierno de Baja California.

PUNTO NORTE estuvo presente durante toda la reunión, en la cual los vecinos presentaron la situación de sus viviendas y cómo ha impactado esto su vida, pues no tienen servicio de agua potable.

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En respuesta, el director prometió que para el viernes 30 de mayo, la CESPT tendría los estudios para “medir el tamaño” del problema y así, conocer qué tan dañado está el sistema de agua potable y de drenaje, pues ya había cumplido su vida útil tras más de 40 años de haber sido instalado.

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García Castro se comprometió que una vez teniendo los estudios y en coordinación con Protección Civil de Tijuana, la Comisión rehabilitará todas las líneas de agua potable y aguas negras dañadas de la zona para evitar que la tierra se siga humedeciendo, lo cual, a su vez, ayudaría a frenar que se desestabilice más el cerro y el talud.

Sin embargo, hasta hoy, la CESPT no ha entregado el resultado de los estudios a los vecinos.

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“Eso lo estaba viendo Protección Civil”, argumentó el director Jesús García Castro, hoy, 5 de junio, a PUNTO NORTE, cuando se le preguntó por el avance de los estudios.

El diagnóstico de la situación geológica lo está realizando el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) del gobierno de México, desde hace aproximadamente una semana y estará listo antes de que termine junio.

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Una vez concluido, la federación le proporcionará los resultados a la Coordinación de Protección Civil del Estado.

“No nos dan fecha de cuando se realizará el estudio, si ya lo hicieron, si ya lo están haciendo. Pasan los días y está más latente el peligro”, lamentó Isidro Miramontes, uno de los vecinos afectados, durante un recorrido realizado por PUNTO NORTE el lugar de riesgo.

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Isidro relató que a lo largo de los años, él y otros vecinos reportaban fugas de agua en la calle, las cuales eran arregladas por la CESPT, pero volvían a surgir.

La más grande fue una fuga de aguas negras que corrió como río desde lo alto de la calle, hasta el bulevar principal.

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Por recomendación de la Dirección Municipal de Protección Civil, se suspendió el servicio de agua potable, se redujeron las descargas de drenaje y se bloqueó el paso para automóviles que no sean de los residentes de la calle, sobre todo vehículos pesados, como camiones de carga y pipas.

Los vecinos, algunos con más de 40 años habitando estas casas, refirieron que pagan 500 pesos a la semana por agua, la cual almacenan en tambos.

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Quienes no pueden acarrear los tambos desde la esquina donde llega la pipa hasta las casas que están en la parte baja, en la calle Aires, deben comprar garrafones de 20 pesos, lo cual les representa un gasto de hasta 800 pesos semanales.

María Soto, una mujer de 68 años de edad, pasaba agua limpia a unas cubetas mientras le compartía a PUNTO NORTE que en la gran casa de más de 30 años de antigüedad vivían sus hijos y sus nietos.

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“Son siete personas en total…. ¿Qué le puedo decir?… Esperar, esperar,… si va a seguir esto, o va a parar y a ver”, dijo con voz lenta y entrecortada, cuando observó que el piso de su patio se había separado de las paredes de su casa.

En la misma pared, hay una ventana dañada por las grietas, a punto de caerse y detenida con trozos de madera.

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Gibrán, un joven de 22 años que vive solo en una casa vieja, tuvo que cambiarse para el cuarto de atrás cuando el piso del primer cuarto se levantó y separó del resto de la construcción.

“Por eso me salí, por lo mismo, me daba miedo que se pueda partir la pared y me pueda caer encima estando dormido, ese era mi miedo como tenía la cama a lado, imagínate que se caiga o algo”, comentó el joven que se sustenta con su empleo como repartidor de comida en la plataforma digital Didi.

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Elizabeth, quien vive con sus padres de la tercera edad y sus hijos, compartió que se ve obligada a derribar el portón y la fachada de su vivienda, pues ya tiene varias grietas.

La entrada de su casa, hecha con una barda y portón de casi tres metros, presenta una notable aceleración en el tamaño de las fisuras. En tan solo diez días, una de ellas creció más de dos pulgadas.

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“Tenemos que tumbarla, es un peligro porque es el único acceso a mi casa, se nos cae encima al salir o entrar y para qué quieres”, apuntó la mujer.

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