Tijuana.- Un hombre perdió la vida a puñaladas en una gasera de Blue Propane abandonada en la colonia Torres del Matamoros, donde el guardia que vigilaba las instalaciones quedó herido de bala por los presuntos homicidas de la víctima fallecida.
Uno de los involucrados en el asesinato, quien intentó darse a la fuga caminando, fue detenido en el sitio por policías municipales.
Otro huyó a bordo de un vehículo gris estacionado frente al negocio y se desconoce el paradero del tercero.
De acuerdo a los primeros reportes, los hechos ocurrieron poco antes de las 10:30 de la noche del jueves 16 de septiembre en una gasera en desuso ubicada en calle Hermenegildo Galeana y Río Mixcoac, colonia Torres del Matamoros.
La persona sin vida no está identificada, sólo se sabe que vestía playera gris y pantalón azul.
Las autoridades la hallaron tirada en el piso, con lesiones en el rostro y del lado izquierdo del abdomen, al parecer por arma punzocortante. Estaba dentro de un cuarto de la gasera.
El guardia escuchó detonaciones y sintió dolor en la pierna izquierda porque lo habían lesionado.
Al llegar, paramédicos de Cruz Roja determinaron que no corría peligro y no necesitaba traslado.
También declararon sin vida en el lugar al hombre apuñalado y al arribo de las autoridades de la Fiscalía, quienes quedarán a cargo de las investigaciones, su cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo).
Como esta, varias estaciones de la gasera Blue Propane se han convertido en un punto de venta y consumo de drogas, donde han ocurrido ya varios crímenes.
La empresa construyó varias de estas durante el gobierno de Juan Manuel Gastélum ‘El Patas’, quien a pesar de existir una moratoria que impedía la construcción y operación de más estaciones de gas LP, dio los permisos para la construcción de estas.
Las ubicaciones eran, en su mayoría, en colonias populares, a las cuales se opusieron vecinos por considerarlas un riesgo para la comunidad.
Hoy, esas estaciones quedaron abandonadas, pues la empresa no obtuvo los permisos necesarios para su operación.
Sin embargo, tampoco han sido demolidas o clausuradas, provocando así espacios propensos para la comisión de delitos.
