Averiguación Previa es la columna del periodista Isaí Lara Bermúdez, director general de Punto Norte.
Rosa Isela y su pequeña hija Leah Gabrielle, de 9 años, fueron atropelladas por un conductor ebrio en Mexicali, la noche del 28 de mayo de 2021. Las lesiones que sufrieron madre e hija fueron brutales. La velocidad a la que iba su homicida provocó que ellas no tuvieran oportunidad de recibir atención de primeros auxilios. Murieron en el lugar.
Rosa Isela iba de la mano de su niña en camino a casa y Leah era acompañada de toda la inocencia que puede tener una pequeña de su edad.
Ambas caminaban aquella noche sobre la banqueta, al lado del carril de acotamiento de la calle Novena, en el fraccionamiento Palmar de Santa Anita, en la capital del Estado.
El homicida, Daniel Miguel Martínez Villela, estaba detrás del volante de un Nissan Sentra con placas de California, sin seguro, sin licencia, sin documentos y en estado de ebriedad. Las impactó por la espalda a una velocidad excedida que provocó que el carro quedara prácticamente destruido de la parte frontal.
Daniel Miguel intentó huir, pero ni siquiera pudo, fue detenido por policías municipales de Mexicali y trasladado a instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública que, en aquel entonces, estaba bajo el mando de Alejandro Lora Torres, un viejo policía que a finales de los noventa ingresó a la corporación.
Estos hechos ocurrieron durante la presidencia municipal suplente de Guadalupe Mora Quiñonez, morenista que terminó aliándose a Jorge Hank Rhon en la campaña de 2021 movilizando apoyos para el ex priista, actos que terminaron con una denuncia penal en su contra por el desvío de recursos públicos a la campaña del zar de los casinos.
El caso es que el homicida de la madre e hija fue dejado en libertad por los policías municipales que lo detuvieron tras haberle quitado la vida a Rosa y Leah, sólo le cobraron una multa por la infracción de tránsito.
Aquello fue un evidente acto de corrupción y encubrimiento por parte de las autoridades, que irritó hasta la médula a toda una sociedad que, acompañando a la familia de las víctimas, exigió justicia y evidenció los niveles de descomposición en ese gobierno de Mexicali.
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El caso cayó a las manos del entonces fiscal regional, Pedro Ariel Mendívil, quien es hoy el director de Seguridad Pública en la ciudad. Mendívil obtuvo la orden de aprehensión para el homicida, pues evidentemente se convirtió en un prófugo de la justicia.
Por aquellos días se realizaron al menos cuatro cateos en diferentes domicilios por parte de la Fiscalía General del Estado sin tener suerte.
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Finalmente, tras algunas semanas prófugo, en junio de 2021, el homicida Daniel Miguel fue ubicado en un rancho en Hermosillo, Sonora, donde se mantenía escondido con ayuda de su familia.
El delincuente fue presentado a un juez de control, el Ministerio Público le imputó el delito de homicidio simple intencional y fue defendido por el ex procurador de justicia Cristian Cosío Lule.
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Daniel Miguel logró su libertad un año después, luego de que la Fiscalía General del Estado acordara un “acuerdo reparatorio”, el 27 de julio de 2022.
La justicia ha sido una burla, una y otra vez, para el dolor y la memoria de Rosa y Leah: a unas semanas de que se cumplan tres años de aquel homicidio, ayer miércoles 27 de marzo, finalmente, la Comisión de Honor y Justicia, que encabeza la oficial mayor del Ayuntamiento de Mexicali Claudia Lorena Beltrán González, resolvió destituir a cuatro policías involucrados en aquellos hechos.
Yajaira Ríos Rocha, quien era jefa de turno de la Policía, será destituida, al igual que el perito que atendió el accidente, Víctor García Ortiz y dos agentes más, Salvador Gutiérrez Armenta y Erik Quintero Camacho.
El ex mando, Miguel Ignacio Ozuna Ruiz, quien era el supervisor de la Policía en aquellas fechas no será removido de su cargo por estar escondido detrás de una suspensión por amparo.
¿Y qué hay del ex director de la Policía, Alejandro Lora? Quien defendió lo indefendible, alegando en aquel entonces que el trabajo de sus policías que participaron en ese hecho fue correcto, sin que pudiera explicar por cuál motivo (o por cuánto) fue que el homicida fue dejado en libertad por los uniformados bajo su mando.
Es más, el expediente administrativo que deficientemente presentó el actual síndico procurador Héctor Israel Ceseña en contra de los policías involucrados, ni siquiera incluyó al entonces comandante Vicente Robles Valenzuela, segundo de abordo del ex director de la Policía, quien en todo caso era el responsable de inspeccionar el cumplimiento de los protocolos de actuación de sus policías en un caso tan delicado.
Tampoco se suspendió al entonces subcomandante Alfonso Sánchez ‘London’, quien justificó su inocencia argumentando que estaba en “descanso” al momento de los hechos y por ello, no evitó que se cometieran tantas irregularidades en la trágica noche.
La justicia en el caso de Rosa y la pequeña Leah fue, es y al parecer seguirá siendo una sátira que ridiculiza a los humanos y sus derechos que juegan a ser gobierno en nombre de la Cuarta Transformación.
Fundador de Punto Norte en 2019. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California (Campus Tijuana). 12 años como periodista de investigación, editor y columnista en temas de transparencia, seguridad pública, administración pública y gobierno. Asistente de investigación en el Colegio de la Frontera Norte. Editor de Zoom Político y de la columna Cuentahiloz en Semanario Zeta. Sus reportajes se publicaron en Proceso, Aristegui Noticias, Reporte Índigo, Por Esto, entre otros. Formó parte del equipo de investigación en Southern Pulse de Washington, D.C. Premio al Periodismo de la Cumbre Fronteriza 2020 (San Diego, California).
