¿Quiénes eran los 7 muertos dejados en un pickup en Tijuana? Aquí sus historias

REPORTAJE ESPECIAL

Los siete cuerpos que eran transportados en un pickup habían sido levantados a unos tres kilómetros de donde los abandonaron, casi todos estaban amarrados de pies y manos, con cinta adhesiva en los ojos y boca. 

Sus identidades fueron documentadas por los investigadores y policías prácticamente desde las primeras horas del hallazgo, algunos porque portaban documentos de identificación en sus ropas o porque sus familiares los encontraron poco después en las instalaciones del Servicio Médico Forense.

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El lunes 12 de junio, cerca de las 4:00 de la mañana, policías que se encontraban en un filtro de revisión al final de la Vía Rápida Alamar vieron cómo un pickup Ford blanco se dio vuelta en U para evitar pasar por su retén, por lo que decidieron seguirlo. A varios metros, el pickup se introdujo al estacionamiento de la gasolinera y frente al Oxxo, dos sujetos abandonaron el pickup y huyeron corriendo.

Los siete hombres privados de la libertad, y luego de la vida, estaban relacionados por parentesco, había dos parejas de hermanos y primos, quienes, con el resto, vivían en la misma calle y sus colindancias, sitios identificados como “tienditas”, nombre con el cual se conoce a los lugares de puntos donde se distribuye cristal.

Entre las víctimas que fueron golpeadas y estranguladas hasta la muerte, se tienen datos de que se dedicaban al narcomenudeo, a los robos con violencia, homicidios, al crimen con total impunidad. Tres de ellos habían sido detenidos entre 22 y 27 ocasiones cada uno por diversos delitos, desde robo, posesión de drogas, armas, intento de homicidio, pero siempre recobraron su libertad.

‘El Ricky’, Alejandro y Antonio

Pero también hay entre los asesinados, personas sin antecedentes delictivos, incluso, uno tenía un trabajo formal y hace años había ingresado a la universidad. 

En las ocasiones en que fueron detenidos por policías, durante los últimos años, algunos de ellos contaron quiénes eran sus enemigos personales y el porqué los querían matar: “Nos traen chicoteados esos batos”, contó uno de ellos luego de ser arrestado por disparar contra una mujer. 

Ricardo, Fermín, Flavio, Gerardo, Antonio, Ángel, Martín, encontrados estrangulados en un pickup en Tijuana… sus antecedentes cuentan la historia que no podría darse sin el entorno de muerte y crimen, sin las crónicas que ha dejado a su paso la producción y consumo de droga en una de las ciudades más violentas del mundo. 

“¡Yo no soy… yo no soy!”

A casi la medianoche, a inicios del año, un joven de 23 años corría entre gritos de auxilio hacia su casa frente al arroyo Alamar de la colonia 10 de mayo, el hombre escapaba corriendo al lado de esa densa vegetación hecha de árboles que forman el bosque ribereño de Tijuana, aunque sumamente contaminado e invadido por decenas de casas improvisadas y picaderos.

Los gritos desesperados de aquel hombre, quien llevaba por nombre José Iván Guzmán Corona, ayudaron poco para salvar su vida, pero mucho para que del hecho hubiera testigos que voltearan a ver sus últimos momentos y pudieran contar lo sucedido. 

Uno de los 7 cuerpos en el pick up

Casi al llegar a su casa, a unos 400 metros de las albercas de Don Luciano, José fue alcanzado por tres asesinos armados, uno de ellos, con un arma larga.

Antes de ser acribillado, el joven que semanas antes de su muerte publicaba en su Facebook fotos de armas y de la Santa Muerte presumiendo pertenecer al grupo criminal de la Zona Norte, suplicó por su vida: “¡Yo no soy… yo no soy…!”, rogaba con las manos aventadas para adelante. 

“¡Yo no soy…!”, gritó por último José, y de respuesta recibió varios disparos en el rostro, la cabeza, en el oído, en el abdomen, pecho, en los brazos. A su alrededor, los peritos de la Fiscalía encontrarían más tarde al menos 11 indicios balísticos de calibre 9 milímetros y de .223.

“Porke no dejan vivir agusto mi vida?”

Al menos dos de los gatilleros que asesinaron a José Iván aquella noche del 24 de enero, fueron reconocidos por algunos testigos. 

Uno de los homicidas señalados fue Ricardo Limón Olmos alias ‘El Ricky’, un delincuente de larga trayectoria criminal que fue escalando en violencia y peligrosidad a lo largo de su vida. A sus 35 años, la Policía Municipal lo había detenido en al menos 23 ocasiones por diversos delitos y faltas administrativas.

‘El Ricky’ cuenta con investigaciones de delitos desde que pasó de adolescente a adulto, comenzó con robos hasta convertirse en un adicto asaltante y asesino conocido en el bajo mundo de la colonia 10 de mayo y sus alrededores. ‘El Ricky’ es uno de los siete muertos encontrados en el pickup dejado en el estacionamiento de la gasolinera.

Ricardo Limón Olmos ‘El Ricky’

Al momento de ser asesinado, este delincuente de larga carrera contaba con una orden de aprehensión por el homicidio de José, el joven de 23 años, que su cuerpo quedó a la orilla del arroyo Alamar, a unos 500 metros en donde meses después sería levantado ‘El Ricky’ por un grupo armado.

‘El Ricky’ vivía en la Insurgentes, una pequeña colonia al lado de la 10 de mayo y Granjas Familiares Unidas, ubicadas a la orilla de arroyo que corre paralelo a la autopista de cuota de Tijuana a Tecate.

A los 18 años, Ricardo Limón Olmos ya contaba con al menos dos averiguaciones por robo con violencia y una más por introducirse a una casa a robar. En el 2008 fue señalado por robo de ganado, luego por un homicidio culposo, en el 2011 fue detenido con droga. Lo mismo en el 2012, pero en esa ocasión también con cartuchos y un arma. De 2014 a 2022, la Policía lo detuvo 17 veces por faltas administrativas como actos que inducen al vicio.

‘El Ricky’ había sobrevivido al menos a un ataque armado y en los últimos años, del 2021 al 2023, estuvo señalado en tres carpetas de investigación como homicida, en dos ocasiones distintas por posesión de arma de fuego y por haber disparado a una mujer, siendo turnado en estas dos últimas ocasiones a la Fiscalía General de la República (FGR) y quedando en libertad.

En una de sus últimas publicaciones en su Facebook, El Ricky, escribió: “Porke no dejan vivir agusto mi vida?”.

“Nos traen chicoteados esos batos”

El 27 de junio de 2022, una mujer que manejaba una camioneta Equinox negra, hizo la parada a una patrulla cerca de la colonia Insurgentes, en los límites con la 10 de mayo. 

La mujer contó a los uniformados que, a una cuadra, tres sujetos le habían disparado, las balas impactaron la puerta de su carro, pero ella se encontraba ilesa. 

Los policías fueron en búsqueda de los delincuentes y encontraron a los tres sospechosos caminando, quienes llevaban entre sus ropas una pistola cada uno, la detención se hizo sobre la calle 25 de septiembre, frente al Centro de Desarrollo Comunitario alrededor de las 8:00 de la noche.

Una perito levanta uno de los cuerpos abandonados

Entre los detenidos, se encontraba ‘El Ricky’. Junto a él, estaba su sobrino Carlos Enrique alias ‘El Pano’, de 30 años de edad, quien recientemente fue capturado y presentado ante un juez por el delito de homicidio, el mismo asesinato que cometerían juntos meses después, aquella noche de enero, tras recobrar su libertad en la FGR. 

En esa detención, ‘El Ricky’, su primo y su otro cómplice, apodado ‘El Chalán’, contaron a los policías información sobre sus enemigos. 

‘El Pano’, preso actualmente por homicidio dijo en aquella ocasión: “Yo soy el del todo el jale, me dedico a tumbar raza con mi primo ‘El Ricky’… pues somos como ratas”.

Por su parte, ‘El Ricky’ platicó a sus captores: “nosotros asaltamos, y pues la raza nos ubica en la 10 de mayo, por eso no nos movemos solos, siempre tumbamos a raza caminando”.

Además, contó que los robos eran cometidos fuera de la zona porque un grupo de sicarios de la 10 de Mayo del Cártel Jalisco Nueva Generación, “nos traen chicoteados esos batos porque dicen que no les gusta que andemos tumbando raza”.

Don Ángel 

Entre los siete cuerpos encontrados en la gasolinera del bulevar Terán Terán también estaba el de Ángel Pérez Olmos, quien comparte un apellido con los hermanos ‘El Ricky’ y ‘El Gera’. 

Don Ángel, como lo llamaban, tenía un aspecto de un hombre de 60 años, pero en realidad solo tenía 50, su adicción al cristal lo había llevado a vivir prácticamente en un picadero a la orilla del Arroyo. Tenía un hijo de quien nunca se hizo responsable y en su historial delictivo solo existe un expediente por robo de vehículo, en el 2003, a sus 30 años. 

Don Ángel fue levantado a pocos metros de donde fueron privados de la libertad los hermanos Prieto Prieto y Limón Olmos, con minutos de diferencia. Junto con él, también se llevaron a dos hombres más que aparecerían muertos junto al resto: Antonio Pérez Soto y Martín Rodríguez Victoria.

Antonio era el más joven de todos los muertos, tenía 22 años y no contaba con antecedentes criminales, excepto por una detención por actos que inducen el vicio por la Policía Municipal en 2022. 

Martín Rodríguez Victoria

De Martín poco se sabe. Nacido en Tijuana de 41 años, tuvo domicilio en la colonia 10 de mayo. Consumidor de cristal, registra no menos de 27 ocasiones por faltas administrativas, desde posesión de droga para consumo persona actos que inducen al vicio y causar molestias. 

Otro Limón y un ex universitario

Entre los siete cuerpos localizados en la F-250 el 12 de junio, se encuentra Gerardo Limón Olmos, hermano de ‘El Ricky’ y ambos con el mismo domicilio. 

A sus 30 años, al igual que su hermano, ‘El Gera’ coleccionaba homicidios y asaltos. Ingresó en dos ocasiones a la penitenciaría por portación de arma y fue detenido por la Policía Municipal al menos 23 veces. 

La Fiscalía General del Estado tenía señalado a Gerardo Limón como responsable de al menos tres asesinatos en la zona. 

Soldados resguardan la zona donde los cuerpos fueron abandonados

De acuerdo a las investigaciones, ‘El Ricky’ y ‘El Gera’ fueron levantados de su domicilio ubicado en calle Los Pinos de la colonia Insurgentes. Junto a ellos, aquella noche también fueron privados de la libertad los hermanos Flavio y Antonio Prieto Prieto de 30 y 24 años, quienes eran vecinos de Ricardo y Gerardo. 

Flavio y Antonio eran los únicos que contaban con un empleo formal, el primero tenía licencia para manejar montacargas y trabajaba en una maquiladora del parque industrial Alamar. 

Hace seis años, Flavio, sin antecedentes delictivos y ninguna sola detención por la Policía, había terminado su preparatoria en el CECyTE e ingresó a la Universidad de las Californias Internacional (UDCI) a estudiar la carrera de Comercio Internacional. 

De Fermín, se sabe que tenía 24 años, estuvo interesado en estudiar la universidad y era aficionado a los deportes, su familia lo identificó como chofer de camiones de carga. Sin embargo, no se descarta que hayan sido consumidores de cristal. 

La de Flavio y su hermano parecen historias muy diferentes a las de ‘El Ricky’ y sus hermanos, pero con el mismo final.

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Fundador de Punto Norte en 2019. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California (Campus Tijuana). 12 años como periodista de investigación, editor y columnista en temas de transparencia, seguridad pública, administración pública y gobierno. Asistente de investigación en el Colegio de la Frontera Norte. Editor de Zoom Político y de la columna Cuentahiloz en Semanario Zeta. Sus reportajes se publicaron en Proceso, Aristegui Noticias, Reporte Índigo, Por Esto, entre otros. Formó parte del equipo de investigación en Southern Pulse de Washington, D.C. Premio al Periodismo de la Cumbre Fronteriza 2020 (San Diego, California).