Tijuana.- Alejada del bullicio de la Catedral, en una de las zonas más violentas de Tijuana, entre calles sin pavimentar y cerros, pero con la fe de una comunidad que se unió durante meses para llevar la representación de los últimos momentos de vida de Jesucristo, los feligreses de la iglesia Oratorio San Juan Bosco llevaron a cabo su Viacrucis Viviente.
Además de la importancia de la tradición católica de cada Viernes Santo, tanto para organizadores, participantes y espectadores, este rito religioso representó una reflexión del dolor que la violencia deja en la sociedad.
“La intención es hacer reflexionar al pueblo a partir de los acontecimientos que vivimos en la actualidad, sobre todo de asesinatos en nuestros barrios. Ese tipo de manifestaciones definitivamente Dios no las quiere. Que también esto nos ayude a de veras a entrar en razón, darnos cuenta de que como hijos de Dios somos hermanos todos y tendríamos que estarnos cuidando unos y otros”, compartió el padre Manuel Azuela, padre a cargo del Oratorio San Juan Bosco.
Hoy viernes 29 de marzo, esta iglesia fundada hace 20 años en la colonia Mariano Matamoros Sur reunió a 400 mujeres, hombres y niños, quienes en punto de las 10:00 de la mañana, se dieron cita para realizar el recorrido de más de dos horas entre las calles de la colonia hasta regresar a las canchas de tierra de la iglesia, donde concluyó el rito con la crucifixión.
Karina Aguirre, quien representó a la Virgen María, la madre de Jesús, compartió con PUNTO NORTE cómo su inspiración fueron “las madres que sufren cuando torturan a sus hijos, el dolor más grande que he sentido de ver cómo sufre una madre en ver a su hijo que lo están torturando o maltratando. Yo decía ‘voy a ocupar algo que me motive para llorar’ Y no, no lo necesité. Todo fue muy doloroso para mí, imaginarme que fuera uno de mis propios hijos”, expresó.
Ella y el resto de los personajes de la Pasión de Cristo, como El Centurión y los soldados, María Magdalena, Poncio Pilates, los ladrones, Barrabás y Judás, se prepararon durante meses ensayando sus diálogos, preparando su vestuario y memorizando las 14 estaciones del recorrido.
“Es uno de los eventos más bonitos que me ha tocado ver, porque esta vez ha sido muy real. Muy buena participación en cuanto a la organización, y todos, cada uno de los participantes. La pasión y muerte del Señor Jesucristo es para la redención de los pecados de toda la humanidad, una oportunidad para nosotros”, compartió Miguel, uno de los asistentes, quien acudió con su hija y su esposa.
A diferencia de otros intérpretes de Jesucristo en viacrucis, quienes suelen utilizar huaraches, el hombre que le dio vida a Jesús en este rito, iba descalzo, pisando lo mismo asfalto que tierra.
“Muchas de las veces, los muchachos que piden ser Jesús o piden ser los ladrones es porque ellos tienen una manda o tienen algo que ellos en su interior quieren renacer, podría decir”, explicó Víctor Piña, el encargado de dirigir la representación y uno de los feligreses de la iglesia.
Víctor considera que la característica principal de quien va a representar a Jesús no radica en su aspecto físico, sino en soportar los golpes que recibirá y tener la condición física para completar el recorrido.
En cambio, El Centurión, a quien el propio Víctor ha representado en otros viacrucis, debe ser “una persona regia, que grite, que hable, que saque la casta para poder representar a la persona que en su momento, en aquel tiempo, pudo realizar el sacrificio”.
Víctor explica que en estos 20 años, el Oratorio San Juan Bosco ha construido “una comunidad que siempre trata de ser unida con toda la necesidad que se ve en el mismo entorno. Sabemos que sí, hay mucha inseguridad, hay mucha droga, hay mucho borracho por aquí, por la zona. Entonces, tratamos de jalarlos.
Precisamente en este momento, aquí en el Oratorio San Juan Bosco, se está iniciando un programa para empezar a captar a los muchachos que usan drogas, que trata de sacarlos un poco del camino”.
Para el padre del Oratorio San Juan Bosco, quien antes ha estado al frente de iglesias en estados como Michoacán, es importante apoyar a los actores para que puedan afrontar este día, en que su mente y cuerpo son puestos a prueba.
“Invitamos a toda la gente en general y la respuesta fue muy favorable. Entonces, algunos chicos son de los grupos, algunas personas son personas de los fieles que vienen, pues, a las celebraciones. Gracias a Dios obtuvimos una buena respuesta”, comentó el sacerdote.
– Con información de Alejandro Gutiérrez y Enrique Cortez
