Tijuana.- La Policía Municipal de Tijuana logró la detención de un sospechoso de haber arrojado el cuerpo desmembrado de un hombre, presuntamente dedicado a la venta de drogas y rival de un grupo criminal que disputa la zona.
Además, se aseguró un domicilio que servía como casino clandestino, equipado con alrededor de 20 maquinitas tragamonedas y computadoras para juegos de azar, en donde se presume fue desmembrado el cuerpo que fue transportado a unas cuadras del lugar.
En este lugar clandestino, que operaba con impunidad, se localizaron varios casquillos percutidos y manchas de sangre a lo largo de los pisos del inmueble, así como otros indicios que hicieron presumir que ese domicilio era utilizado por el cártel para la venta de dosis de drogas y para la comisión de delitos violentos relacionados con el ajuste de cuentas.
Los hechos ocurrieron minutos antes de las 2:00 de la tarde de hoy lunes 22 de abril, cuando las corporaciones de seguridad recibieron una llamada que alertaba que en el callejón Zihuatanejo, entre las calles Quinta y Sexta de la Zona Centro, unos hombres desde una minivan blanca, arrojaron una maleta negra y un tambo de plástico, en los cuales se apreciaban restos humanos.
La Policía Municipal fue la única que atendió el reporte, llegando al lugar y localizando que efectivamente sobre ese callejón, frente a un domicilio con cerco de malla ciclónica se encontraban varias extremidades humanas.
La reacción rápida y la coordinación entre los agentes de la Policía Municipal logró la ubicación del responsable, cuando se estaba retirando del lugar, sobre la avenida Francisco I. Madero y calle Cuarta, a unas diez cuadras del hallazgo y a espaldas de la escuela primaria Sindicato Alba Roja.
El detenido fue identificado como Manuel Andrés, de 25 años y originario de Tijuana, quien dijo trabajar para un grupo criminal en el área que mantiene una pugna con otro grupo rival para el control de la venta de drogas.
De acuerdo a datos obtenidos por PUNTO NORTE, una vez que los agentes de la Fiscalía General del Estado, llegaron a inspeccionar los restos humanos, encontraron que a la víctima le habían sido desprendidos la cabeza y las piernas con un objeto filoso.
La edad del hombre sin vida se calcula en unos 35 a 40 años, pero no pudo ser identificado pues no llevaba pertenencias.
Sin embargo, se le podían apreciar tatuajes en todo el cuerpo, así como en la cabeza y el rostro.