San Diego, CA.- Los oficiales de la Policía Municipal de Tijuana, Jesús Torres Estrada y Marco Castillo Quijas se encuentran presos en Estados Unidos luego de que en una operación encubierta del Buró Federal de Investigaciones (FBI) se les detuviera robando un millón de dólares de una casa de seguridad.
PUNTO NORTE fue el único medio de comunicación presente ayer en su audiencia inicial cuando ambos fueron presentados en la Corte Superior del Condado de San Diego ante el juez Enrique Camarena, hijo del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena.
Torres Estrada era uno de los hombres de mayor confianza del director de la Policía Municipal de Tijuana, Carlos Betancourt, quien en enero lo nombró jefe de distrito de La Presa Rural.
El agente Castillo Quijas era su escolta.
El juzgador les fijó una fianza de un millón de dólares para poder llevar el proceso en libertad.
Los dos policías fueron detenidos el viernes 31 de enero en Chula Vista, California, junto a cuatro cómplices, con quienes llegaron hasta una vivienda en donde se les dijo había un millón de dólares en efectivo para robar.
Sin embargo, la información para llevar a cabo el robo les había sido proporcionada por un agente encubierto del FBI.
El fiscal encargado del caso, Christopher Rhoads, explicó ayer en audiencia que a la banda de asaltantes se les hizo creer que robarían una casa de seguridad, concepto que se utiliza para referirse a inmuebles que son usados como escondites clandestinos de dinero, armas o drogas.
Esto fue parte de una investigación de un equipo especial del FBI que desde noviembre de 2019 vigilaba a la banda de delincuentes.
El lunes 3 de febrero, cuando Torres tenía ya tres días en prisión, fue removido como jefe de distrito.
Christopher Rhoads, fiscal que lleva el caso, declaró a PUNTO NORTE que ambos oficiales violaron una posición de confianza que les había sido otorgada como policías en Tijuana, ello y que ambos son ciudadanos mexicanos, lo hizo pedir una fianza de dos millones de dólares para cada uno.
Sin embargo, el juez Camarena fijó la fianza en un millón de dólares, el mismo monto que determinó para el resto de los cómplices.
Según la acusación de la Fiscalía del Condado de San Diego, a la que PUNTO NORTE tuvo acceso, desde el 14 de noviembre de 2019, los policías, junto a otro tijuanense de nombre Ignacio Cruz Martínez y tres hombres más incurrieron en el delito de cospiración para llevar a cabo el delito de robo.
Respecto a su detención el 31 de enero, la Fiscalía detalló que los agentes Torres y Castillo, junto a Ignacio Cruz Martínez, cruzaron hacia San Diego desde Tijuana.
Al mismo tiempo, los otros tres cómplices, Mario Eugene Hall, Tomas Emmanuel Ramírez y Jeremiah Nicholas Shaw se desplazaron desde el condado de San Bernardino, cerca de Los Ángeles, a Chula Vista.
Estos tres últimos, quienes se encontraban armados, se vieron con una persona, quien era un agente encubierto del FBI en la tienda Kohl’s de Chula Vista, mientras los dos policías y Cruz Martínez realizaban tareas de vigilancia en la zona.
Luego de que el agente encubierto les diera la dirección del domicilio que robarían, los seis hombres se trasladaron a la vivienda.
Fue entonces que Jeremiah Nicholas Shaw ingresó el código -que el agente encubierto les había proporcionado- en una caja de seguridad que contenía una llave para entrar a la residencia.
En ese momento, los seis hombres fueron capturados por el equipo táctico del FBI.
Ayer en audiencia, los policías municipales, quienes se encontraban activos al momento de su detención, negaron las acusaciones en su contra y se declararon no culpables por medio de una traductora.
El juez Camarena indicó que si los acusados cubren el monto de la fianza, deberán demostrar el origen legítimo del dinero en una audiencia inicial, ya que “hay mucho dinero involucrado en este caso”.
En la próxima audiencia, la Fiscalía aportará mayor evidencia respecto al caso y hay una posibilidad de que los acusados cooperen con las autoridades y se declaren culpables para así evitar ir a juicio.
Durante la audiencia, que se prolongó varias horas porque cada uno de los acusados fue presentado por separado y entre otras personas de casos distintos, estuvieron presentes familiares de ambos policías.
Mientras se desarrollaba la audiencia, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM) emitió un comunicado en el que dijo que a los policías se les acusa de “cargos de robo con violencia, robo a lugar habitado, agresión con arma blanca y lesiones”.
Sin embargo, la información es incorrecta.
Aunque los policías municipales no estaban armados al momento de ser detenidos, tres de sus cómplices contaban con armas de fuego, no blancas como lo indicó el Ayuntamiento.
De igual forma, la Secretaría aseguró que las autoridades estadounidenses les informaron de la detención de sus agentes “derivado de la buena coordinación binacional que sostiene el actual ayuntamiento”.
Lo cierto es que tanto el director de la Policía Municipal de Tijuana como el titular de la Secretaría, Jorge Ayón Monsalve mantenían como mando a Torres Estrada cuando ya estaba siendo investigado e incluso siendo detenido por el FBI.
Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Autónoma de Baja California. Especialidad en Periodismo Policial y Judicial de la Universidad Iberoamericana, Campus Ciudad de México. Más de 12 años en medios de comunicación de México y Estados Unidos, como Semanario Zeta, Sin Embargo o la agencia española EFE.