Tijuana.- José Alfredo, imputado por el feminicidio de Lucero Aburto Rangel, la joven que fue reportada como desaparecida en enero de 2022 y localizada tres semanas después dentro de un refrigerador en una casa en la colonia Terrazas Del Valle, presentó a la víctima como su amiga a un testigo, una hora antes de asesinarla.
De acuerdo a los antecedentes de investigación presentados por la agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado (FGE), el día del feminicidio, el imputado llegó acompañado de la víctima a la casa en donde después fue localizado el cuerpo, y la presentó ante una pareja que vivía ahí como “su amiga, su novia”.
En la audiencia de vinculación a proceso, celebrada el miércoles primero de marzo, la jueza Martha Elvia Vargas Luna consideró que la datos presentados por la Fiscalía y que se encuentran asentados en la carpeta de investigación, son suficientes para considerar de forma inicial, que José Alfredo asesinó de manera dolosa a la mujer de tan solo 21 años, a quien veía constantemente y con quien mantenía una relación de amistad.
Al final de la sesión, el imputado hizo uso de la palabra para pedirle a la jueza apoyo ante las autoridades de la Penitenciaría de Tijuana para que le permitan realizar una llamada telefónica a su esposa quien, dijo, tiene 38 semanas de embarazo.
Entre los datos de prueba tomados en cuenta por la jueza al vincularlo a proceso por el delito de feminicidio, destacan dos testimonios de una pareja que, el día en que Lucero desapareció, vieron a José Alfredo entrar con ella y luego salir solo, de la vivienda en donde tres semanas después, la misma pareja encontró el cuerpo de la joven dentro de un refrigerador.
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De acuerdo con dichos antecedentes, el lunes 3 de enero de 2022, pasadas las 5:00 de la mañana, Lucero envió un mensaje a un amigo a quien le decía que lo estaba esperando afuera de la casa de él en la colonia Terrazas del Valle.
Este hombre respondió el mensaje a Lucero diciéndole que él se encontraba fuera de la ciudad, y que se verían después.
Una hora más tarde, Lucero fue vista entrar con José Alfredo a la casa de él, en donde días después sería encontrada sin vida, en la misma colonia ubicada en la Zona Este de Tijuana.
Según señaló uno de los testigos clave, al llegar a la vivienda, el presunto asesino de Lucero le presentó a la joven como “su amiga, su novia”, y luego se metió con ella a un cuarto.
La esposa del primer testigo, no vio a la pareja, pero escuchó la conversación.
Al entrar Lucero y José Alfredo al cuarto, los dos testigos procedieron a subirle el volumen a la radio que escuchaban.
Una hora más tarde, como a las 7:00 de la mañana, el hombre que vio entrar juntos a Lucero y José Alfredo, observó como éste salió de la casa sin la joven, luego aseguró la puerta y se fue del lugar.
Veintidós días después, la pareja percibió olores fétidos provenientes de dicha vivienda y decidieron ingresar a ella. Ahí, notaron de inmediato que el mal olor provenía del refrigerador y al abrirlo encontraron el cuerpo de Lucero en descomposición.
El hombre supo de inmediato que se trataba de la misma “mujer bonita” que José Alfredo había llevado semanas atrás, gracias a la vestimenta: chamarra blanca, jeans y tenis.
Los peritos que procesaron la escena descubrieron que la joven tenía un cable o cordón atado a su cuello, y señales de ahorcamiento, lo cual fue confirmado con la necropsia realizada por el personal del Servicio Médico Forense (Semefo), que arrojó como causa de muerte anoxemia (obstrucción de las vías aéreas) por estrangulación.
Posteriores investigaciones de la Fiscalía establecieron que el predio donde se encuentra la vivienda en la que se cometió el crimen, es propiedad del padre de José Alfredo, quien afirmó que el hoy imputado vivía ahí.
También, por entrevistas con la familia, con compañeras de trabajo y con el amigo al que Lucero envió un mensaje horas antes de su muerte, se supo que la víctima trabajaba en un bar ubicado en el bulevar Cucapah, en donde recibía constantemente la visita de su amigo José Alfredo.
Para la jueza Vargas Luna, los antecedentes que sostienen estos hechos, además de los Informes Policiales Homologados, el acta de procesamiento de la escena del crimen, así como entrevistas con la madre y hermana de la víctima, y con algunos vecinas, fueron suficientes para dictar el auto de vinculación a proceso en contra de José Alfredo por su probable responsabilidad en el delito de feminicidio.
Durante las minuciosas explicaciones que le ofrecía la jueza, el imputado -conectado mediante una computadora desde el penal de La Mesa, en Tijuana- observaba la pantalla atento, receptivo e incluso asentía cuando la juzgadora recreaba los hechos en su narrativa.
Durante su argumentación, la juzgadora expuso que el asesino de Lucero actuó con dolo al quitarle la vida, pero además quería dar un mensaje a la sociedad, “abandonándola a su suerte” en el refrigerador, sabiendo que en algún momento iba ser descubierto.
“El sujeto activo del delito la sometió y privó de la vida, mandando un mensaje a la sociedad, un mensaje de su superioridad sobre una mujer -discriminándola-, porque sabía que iba a ser descubierto… y que un cuerpo sin vida se descompone y emite olores; sabía que lo que había hecho no iba a pasar desapercibido”, expuso la jueza.
Luego agregó que el dolo se actualiza además bajo el supuesto de que José Alfredo tiene acceso a medios de comunicación, en donde todos los días se difunden los asesinatos de mujeres.
“Todo México lo sabe… No hay día en que no haya noticia al respecto, donde desaparecen mujeres y son encontradas sin vida después…”, manifestó la juzgadora.
Y consideró que no se requiere ser especialista, abogado, fiscal, ni juez para saber que “esa forma de dejar el cuerpo oculto y la forma sigilosa de salir, indica que trató de evadir su responsabilidad jurídica”.
Justamente por esta forma en la que el imputado salió del lugar, la jueza consideró que quedó establecido que los dos testigos que vieron juntos a José Alfredo y a la víctima, en ningún momento participaron en el hecho, sino que permanecieron ajenos a la situación, hasta el momento en que descubrieron el cuerpo.
La defensora pública que representó a José Alfredo no ofreció ningún dato de prueba que lo excluya del delito que le imputa la Fiscalía, por lo que además de vinculardo a proceso, la jueza le mantuvo la medida cautelar de prisión preventiva, y otorgó los dos meses solicitados por la agente del Ministerio Público para llevar a cabo la investigación complementaria.
El 24 de febrero, alrededor de la 1:30 de la tarde, elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de la Fiscalía General del Estado (FGE) cumplimentaron una orden de aprehensión contra José Alfredo, en la misma colonia donde ocurrió el feminicidio, Terrazas del Valle.
Al día siguiente, el sábado 25 de febrero, se llevó a cabo la audiencia de formulación de imputación, en la que el imputado solicitó el plazo de 72 horas para la vinculación a proceso, por lo que la audiencia continuó este miércoles primero de marzo.
Por medio de un comunicado de prensa, la FGE informó de la aprehensión de José Alfredo y aseguró que “en Baja California, no hay cabida para criminales, quien atente contra la integridad de un inocente deberá asumir las consecuencias de sus actos; por lo que esta institución de procuración de justicia, reitera el compromiso de destinar todos los recursos necesarios para el desarrollo de las investigaciones”.
