Mexicali.- Alina Narciso Tehuaxtle, quien fue condenada a 45 años de prisión por el homicidio de su pareja, ambos policías municipales de Tijuana, quedó bajo libertad luego de que un tribunal de Segunda Instancia del Poder Judicial del Estado revocó, de manera unánime, la sentencia.
Hoy, en audiencia de apelación, iniciada pasadas las 11:00 horas y en la que PUNTO NORTE estuvo presente, el magistrado presidente de la Quinta Sala Colegiada en Materia Penal, Gustavo Medina Contreras, presentó el proyecto a sus compañeras magistradas Sonia Mireya Beltrán Almada y Miriam Niebla Arámbulo, en la que sostuvo que la conducta de Alina que terminó con la vida de Luis Rodrigo Juárez Arellanes fue resultado del contexto de violencia física, psicológica, moral, estética y sexual previa y durante el momento en que se registró el hecho.
Por lo cual, los hechos en los que Luis Rodrigo perdió la vida fueron considerados un acto de legítima defensa, el cual no fue excesivo, sino proporcional a la situación que atravesaba Alina, pues su vida corría peligro.
Las dos magistradas coincidieron con lo expuesto por el magistrado presidente de la Sala, por lo cual votaron de manera unánime por revocar la sentencia condenatoria dictada por el juez Daniel Aguilar Patiño en contra de la mujer de 27 años de edad.
Tras escuchar la resolución, Alina solo volteó hacia los asientos detrás de ella donde se encontraba su madre, Socorro Tehuaxtle, esbozó una sonrisa amplia y la complementó con un abrazo largo al terminar la audiencia.
“Existe la justicia para los que alzamos la voz y quienes confiamos en Dios. Estoy feliz, agradecida con Dios, con mi madre, con todos ustedes, gracias a los señores magistrados, a mi defensa, a todos. Muchas gracias”, fueron las primeras palabras de Alina tras conocer de su libertad y abrazar a su madre, las cuales fueron captadas por PUNTO NORTE.
Los hechos se registraron el 12 de diciembre de 2019, cuando la pareja regresó a su hogar luego de haber estado en un bar y horas antes en un restaurante de mariscos, en donde Juárez Arellanes, quien era mando de la Policía Municipal había consumido bebidas alcohólicas, situación que generó una discusión en la pareja.
Al llegar a la casa, Luis Rodrigo salió por botanas y regresó con un six pack de cervezas para seguir bebiendo, actividad que acompañó con consumo de cocaína.
De acuerdo a lo referenciado por el magistrado presidente de la Quinta Sala, al citar las pruebas presentadas por la Fiscalía en el juicio oral, Alina se fue a dormir y más tarde fue despertada por Luis Rodrigo, quien encima de ella le cuestionaba si lo iba a abandonar por no dejar de beber alcohol, mientras que le apuntaba con el arma.
Ella le respondió que sí lo iba a dejar y se levantó de la cama, él la detuvo del cuello y se colocó el arma en la cintura y la azotó contra el marco de la puerta.
Le agarró la cara y le preguntó “si ella ya se había dado cuenta que había valido verga” mientras la colocó contra la puerta y golpeó dos veces con el puño dejando hoyos en esta.
La aventó a la cama y le hizo un movimiento de sometimiento, por lo que la agente pidió ayuda a su madre, quien vivía en el departamento de al lado.
En tanto, el hombre de 1.75 metros de estatura, tomó a Alina de 1.57 metros, y la metió en el baño de la casa, en donde la siguió golpeando y en el forcejeo ella intentó tomar el arma que tenía él.
El agente se dio cuenta y aunque intentó zafarse, no lo logró, por lo que Alina le disparó cuatro veces, y el hoy occiso herido le gritó “Mátate, mátate, te toca, porque si yo te agarro vas a valer madre”, tras lo que dio dos pasos hacia enfrente y ante el temor de que le quitara el arma, le disparó dos veces más, mientras éste se inclinaba hacia enfrente dejándolo en el piso con heridas en la cabeza, pecho y hombro.
Alina salió del baño y dejó el arma en la cama, encontrándose con su madre quien había ido al escuchar los gritos, y diciéndole “lo maté”.
Su madre y Alina reportaron lo ocurrido y la joven de entonces 24 años quedó arrestada en flagrancias, iniciando así el proceso penal en su contra que derivó en octubre en una sentencia condenatoria, tras el desarrollo de un juicio, puesto que no aceptó su culpabilidad para transitar a un procedimiento abreviado.
Hoy, al salir de la Sala, la madre de la agente de Policía se manifestó totalmente sorprendida pues aunque era su deseo no sabía que la respuesta a la apelación sería inmediata.
“Yo pensé que iban a decir sí procede, o que sí le van a reducir o se va a repetir el juicio. Nunca me imagine que estoy iba a pasar hoy, estoy feliz”, dijo.
Refirió que tras el caso de su hija ha conocido casos de mujeres que son intimidadas, manipuladas y golpeadas pero que se callan porque creen que sí denuncian no obtendrán justicia.
“Pero esto va a sentar un precedente de que las mujeres ya no se tienen que dejar, ya no tienen que quedarse donde las violentan pero … Dios, estoy en shock”, expresó entre lágrimas y con una sonrisa.
Socorro celebró que el magistrado destacara que en ningún momento ni ella ni su hija ni otros testimonios se contradijeron.
“Todo está cómo pasó. Yo lo hablé y lo dije siempre y (el magistrado) lo remarcó: sí coincide, nosotros no planeamos (decir nada), lo que dijimos fue lo que pasó. Cuando uno miente uno cambia sus versiones pero cuando uno ve las cosas que pasaron, uno se sostiene y dice: es legítima defensa, porque la vida está de por medio”, afirmó.
Finalmente, dijo que aunque fue mucho el dolor de ver a su hija encarcelada, “ya se acabó. (Le regresaron) la libertad de mi hija, mi hija tiene derecho a ser feliz a hacer una vida… pero sin violencia”.
Durante la audiencia de apelación, el magistrado presidente de la Quinta Sala precisó que con la revisión de los videos del juicio oral encabezado por el juez Aguilar Patiño, se pudo corroborar la relación de violencia de Alina con el hoy occiso, lo cual fue confirmado por los los testimonios de la madre, otro agente municipal compañero de ambos, así como el de una psicóloga.
El magistrado Medina Contreras abundó que la legítima defensa se sostiene, ya que el arma no la colocó en ventaja, sino apenas en compensación de un desequilibrio.
Pero además, el dictamen criminalístico particular presentado por los abogados y la misma certificación médica de la Fiscalía coincidieron en que las lesiones que presentaba Alina señalaban un forcejeo y la resistencia de Alina en contra de agresión física.
Con ellos, se descarta la hipótesis de la agravante del delito, mientras que se actualiza también los elementos de causa de justificación del hecho como una repulsa, puesto que la vida de ella corría peligro.
“Si su vida peligraba, le era jurídicamente permisible la legítima defensa, y así lo hizo”, expresó.
El magistrado enfatizó que confiaba en que si Alina no se hubiera encontrado en la situación de violencia y peligro en la que estaba en ese momento, no hubiera cometido la agresión, puesto que ya estaba dormida.
Descartó también que los seis disparos que hizo Alina contra su pareja sean excesivos, considerando que él ya le había apuntado con el arma en la cabeza momentos antes, y aún ya herido impulsaba a Alina a que cometiera suicidio.
Finalmente, señaló los actos que calificó como reprochables por parte del juez de origen durante el juicio oral, por los cuales dará parte al Tribunal de lo Contencioso para que se siga un proceso para determinar su responsabilidad administrativa.
Como parte del procedimiento administrativo de la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario, Alina fue trasladada sin esposas, en un automóvil desde el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mexicali hacia el Cereso de Tijuana.
Ahí, luego de que un juez de este municipio, al tratarse de un caso desarrollado en Tijuana, decrete su inmediata y absoluta liberación, en acato a la resolución de los magistrados, Alina quedará en libertad.
