Tijuana.- Los tres hermanitos de tres, cinco y diez años, asesinados con armas largas mientras se encontraban con sus padres en una casa ubicada en la periferia del ciudad, son ciudadanos estadounidenses y cada fin de semana viajaban a Tijuana junto a su madre para visitar a su padre, quien había sido deportado de Estados Unidos.
Según pudo conocer PUNTO NORTE, la familia, como muchas otras separadas por la deportación, vivía en California y habitualmente los viernes cruzaba la frontera a bordo de su vehículo para convivir con su padre, de nombre Gerardo, quien vivía en una casa de la colonia Nueva Aurora.
Esta colonia, ubicada en la delegación San Antonio de los Buenos, ha sido escenario en los últimos meses de varios hechos violentos, incluso enfrentamientos armados entre delincuentes y policías.
La tarde del viernes 3 de diciembre, los niños y su madre ya habían llegado a la casa que se convertía en su hogar cada fin de semana. Había juguetes esparcidos por las habitaciones, la silla para comer de la más pequeña lista en la cocina y la televisión encendida en la sala.
Los hermanitos se encontraban en pijama y se preparaban para pasar la noche.
Sin embargo, alrededor de las 6:30 de la tarde, un grupo de asesinos entró a la casa marcada con el número 7014 sobre la calle Privada de la Luna y con armas largas dispararon contra cada integrante de la familia. Ninguno sobrevivió.
En el lugar, autoridades localizaron más de 20 casquillos percutidos de armas largas y para cuando policías municipales ingresaron a la casa, los niños y sus padres yacían inertes.
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Según los primeros reportes, un vecino fue quien notó que las puertas de la reja principal del patio se encontraban abiertas, por lo que gritó el nombre de su vecino, sin obtener respuesta.
Después de que más vecinos coincidieran en haber escuchado disparos una hora antes, decidió marcar al 911 para reportar lo ocurrido.
Para las 8:00 de la noche, policías municipales se encontraban ya en el lugar. Fue así como localizaron a la familia ya sin vida en el interior.
La madre y su hija de aproximadamente tres años se encontraban en la cocina. Mientras que, en uno de los cuartos, estaban el padre y sus dos hijos, una niña de alrededor cinco años y un niño de aproximadamente 10 años.
Los asesinos no robaron objetos de valor, pues también fueron localizados varios artículos como tabletas, computadoras portátiles, así como el automóvil, en el que la madre y sus hijos viajaron desde California, estacionado en el patio.
Mientras que en la fachada de la vivienda quedaron varios orificios provocados por las balas.
Sobre el padre de familia, de alrededor de 35 años, la misma edad que su esposa, se sabe que tenía varios años rentando la casa y casi todos los fines de semana, llegaban su esposa e hijos para visitarlo. Además, trabajaba en un call center.
La noche del homicidio múltiple, policías, elementos de la Guardia Nacional, del Ejército y personal de la Fiscalía General del Estado se trasladaron hasta el lugar, entre cañones y calles de terracería, para custodiar la escena y comenzar con el procesamiento.
Las labores tomaron casi toda la noche y parte de la madrugada, debido al número de víctimas y la complejidad del caso. Incluso acudió el propio fiscal central, Hiram Sánchez Zamora.
Finalmente, los cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) en espera de que familiares acudan para realizar los trámites correspondientes.
Hasta el momento, las autoridades no reportan personas detenidas relacionadas con este, uno de los 27 homicidios registrados en los primeros cinco días de diciembre en Tijuana.
Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Autónoma de Baja California. Especialidad en Periodismo Policial y Judicial de la Universidad Iberoamericana, Campus Ciudad de México. Más de 12 años en medios de comunicación de México y Estados Unidos, como Semanario Zeta, Sin Embargo o la agencia española EFE.
