Antes de cometer el ataque armado en contra de la unidad de escoltas asignados a la protección de la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, un grupo de al menos seis sicarios se concentraron en un hotel de la colonia Cacho, cerca del condominio en donde vive la presidenta municipal.
Ahí, los delincuentes tenían varias habitaciones ocupadas, camionetas a su disposición, comida, bebidas, armas, chalecos antibalas. Tenían lo necesario para ejecutar una orden por la cual se les iba a pagar.
La misión para estos pistoleros era “matar a una señora y a su escolta”, confesó uno de los sujetos contratados para cometer el homicidio y quien viajaba en la camioneta guinda, en la cual, posterior al ataque, los policías encontraron tres armas largas, todas abastecidas.
“La señora” no se trataba de la presidenta municipal, sino de una mujer ex policía, quien es parte de su grupo de escoltas y quien estuvo presa durante años acusada por nexos con el Cártel Arellano Félix, conocida entre sus conocidos y policías como “La Puma”.
Pero el plan de los sicarios fracasó. La mañana del miércoles 17 de mayo, el grupo de pistoleros amaneció en el hotel, donde se habían hospedado días antes y desde donde vigilaban los movimientos de la alcaldesa y sus escoltas. Por eso conocían sus horarios, sus trayectorias y los vehículos en donde se trasladaba.
De acuerdo a las investigaciones, cerca de las 6:00 de la mañana de aquel día, los hombres, quienes tenían la instrucción de cometer el crimen comenzaron a alistarse para su misión.
Se dividieron en dos grupos, cuatro sujetos se fueron en una camioneta GMC Yukon Denali guinda con las armas, mientras dos sujetos más y una mujer abordaron una panel tipo Caravan.
Todos estos detalles son de acuerdo a los testimonios, videos de seguridad obtenidos por los investigadores, así como análisis y resultados de inteligencia obtenidos hasta el momento.
El primer grupo se fue a estacionar cerca de donde pasaría su objetivo, en una de las calles de la Zona Centro, y el otro cerca del condominio de la alcaldesa para avisarles cuando saliera el vehículo, además de seguirlo.
Los cuatro hombres llevaban chalecos antibalas y, excepto el que iba al volante, todos portaban armas largas.
Minutos antes de las 8:30 de la mañana, la unidad patrulla, un pickup blanco de cuatro puertas, vidrios polarizados y sin insignias de policía, bajó para la colonia Cacho desde el condominio de la presidente municipal, como todos los días, atravesó el bulevar Agua Caliente y siguió derecho por la calle Melchor Ocampo de la Zona Centro.
Justo en el cruce con la calle Séptima, cuando el pickup que iba conducido por un escolta de la presidenta hizo el alto, la Yukon guinda se le emparejó y dos de los sicarios sacaron sus armas por la ventana para disparar.
Según una de las versiones, dos armas se encasquillaron, por lo cual únicamente alcanzó a disparar una de ellas en una ocasión.
El disparo impactó la ventana del lado del conductor del pickup que manejaba el escolta, pasó por centímetros de su cabeza e impactó en el cabezal del asiento. La bala siguió su trayectoria casi en diagonal y atravesó la carrocería de la puerta trasera del lado del copiloto.
En el ataque, el escolta no repelió, solo alcanzó a ver a cuatro sujetos con armas largas huyendo en la Yukon guinda, misma que dejarían abandonada a un kilómetro y medio de distancia junto a las armas y a los chalecos balísticos.
La Yukon de los delincuentes fue encontrada en medio de la calle, con las puertas abiertas, en la esquina de la calle Unión y Fray Junípero Sierra, en la colonia Marrón, a metros de donde se registró la explosión en una imprenta, un día antes.
Un detenido
A pesar de las declaraciones dadas por la alcaldesa de Tijuana posterior al ataque, en las cuales responsabilizó al fiscal general Ricardo Carpio Sánchez de su seguridad, la de su familia y su equipo, la coordinación entre la Policía Municipal y la Fiscalía dio frutos al obtener la detención de uno de los participantes en el atentado, quien se encuentra bajo investigación.
Al momento de redactar este reportaje, PUNTO NORTE pudo obtener información sobre el sujeto arrestado, un joven de 20 años identificado como Héctor, originario de Oaxaca, pero residente de Tijuana, quien fue detenido cuando escapaba en un taxi de ruta en Los Laureles, en donde tiene su domicilio.
El detenido fue seguido por agentes con ayuda de cámaras de seguridad y coordinación. Cuando los sicarios abandonaron la Yukon, caminaron en direcciones diferentes. Héctor caminó al bulevar Agua Caliente, en donde tomó un taxi rojo hacia el centro, bajándose en avenida Revolución y de ahí tomó otro transporte público hacia Los Laureles.
Sin ser interrogado, el detenido aportó datos a los agentes. Dijo que le habían ofrecido “aventarse un jale” para “matar a una señora y a su escolta”, que recibió las camionetas, las armas y las instrucciones junto a tres cómplices, al igual que le fueron proporcionadas las características del pickup blanco al que se iba atacar y en donde se supondría que iría la mujer que era el objetivo.
En realidad, el detenido no mencionó el nombre ni el apodo de Rosalba González Molina, “La Puma”, escolta de la alcaldesa.
Sin embargo, se pudo presumir que ella era el objetivo del ataque, pues horas después, durante la madrugada y la tarde del jueves 18 de mayo, se registró un ataque a dos patrullas de la Policía Municipal, estacionadas y no tripuladas, a las cuales les prendieron fuego y la colocación de tres narcomantas en donde se mencionó a la guardaespalda de la presidente, dos de ellas, firmadas por la iniciales CJNG, del Cártel Jalisco Nueva Generación.
La avanzada
En los esquemas de seguridad y protección personal, existe la escolta de avanzada, integrada por el personal encargado de una supervisión previa a cada lugar a donde la persona bajo su protección acuda.
Esto con el fin de verificar los alrededores, descartar amenazas y posicionarse para el momento del arribo de la persona que se cuida.
“La Puma” es justamente la escolta de avanzada de la alcaldesa de Tijuana, es la encargada de llegar antes que ella a los lugares que tiene en la agenda.
El fiscal general explicó que el día del ataque, el escolta de la presidenta municipal se dirigía a un salón de belleza al que acude diariamente en la Zona Norte.
Al momento de ser entrevistado, el agente que sufrió el atentado explicó que ese día, él había tomado esa unidad y la función de avanzada pues su compañera de equipo, “La Puma”, había salido de vacaciones dos días antes.
Ésta es la explicación del por qué “La Puma” no estaba a bordo de la camioneta tipo pickup blanca al momento del ataque y por qué no estaba realizando ella su función de avanzada como lo hacía diariamente.
Detenida, en arraigo y liberada
En noviembre de 2008, cuando era jefa del Grupo Táctico de la Policía Municipal, González Molina fue detenida por militares y puesta bajo arraigo por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), junto a 18 policías municipales y dos ministeriales de Tijuana.
En aquel entonces, hace casi 15 años, “La Puma” fue la única mujer del grupo de uniformados señalados de brindar protección a integrantes del Cártel Arellano Félix (CAF).
Al igual que sus compañeros municipales y los dos ministeriales, Rosalba fue citada en el Cuartel Morelos para practicarle un examen de control y confianza.
En realidad, la PGR ya contaba con autorización de un juez federal, por medio del expediente 46/2008-I, para mantener bajo arraigo a los 21 elementos como parte de una investigación de la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR.
Tras permanecer 40 días bajo arraigo, “La Puma” y los agentes, casi todos mandos, fueron trasladados a un Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso).
Algunos oficiales y sus familias declararon en aquel entonces a la prensa que las acusaciones eran falsas.
La hoy ex policía permaneció en reclusión hasta 2015, cuando junto a otros oficiales como Juan Manuel Nieves Reta, quien era comandante operativo de la Policía Municipal de Tijuana cuando se le detuvo, fueron liberados tras ser exonerados de los delitos de delincuencia organizada.
Durante cuatro años, no quedó registro público de las actividades de González Molina.
Sin embargo, en 2019 fue incluida en el equipo de seguridad de Jaime Bonilla Valdez. Para 2021, ya formaba parte de los escoltas personales de la entonces alcaldesa Karla Ruiz Macfarland.
Y desde que Montserrat Caballero Ramírez inició su cargo, el 1 de octubre de 2021, la mujer de 53 años se integró a las labores de avanzada de su equipo de seguridad.
Sin embargo, no aparece como empleada en ninguna base de datos del Ayuntamiento de Tijuana y no está dada de alta como policía.
El escolta atacado
Al igual que “La Puma”, el agente que fue atacado a balazos y que resultó prácticamente ileso, solo con escoriaciones por los vidrios que salieron proyectados luego de que la ventana fuera impactada por una bala, primero formó parte del equipo de seguridad del ex gobernador y se integró después al de Caballero Ramírez.
El día del ataque, en atención a medios de comunicación tras la conferencia de prensa ‘Miércoles de Mañanera’, Carpio Sánchez explicó que se trata de un elemento de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de la FGE, comisionado a la seguridad de la alcaldesa de Tijuana.
En noviembre de 2019, un subordinado de Carlos Flores, quien entonces era jefe de la GESI (Guardia Estatal de Seguridad e Investigación) de la FGE, comisionó a diversas personas, tanto policías de la Agencia Estatal de Investigación como de la Guardia Estatal, a encargarse de la seguridad personal de funcionarios.
“Muchos de estos elementos se fueron a la seguridad personal del ex gobernador (Jaime Bonilla Valdez). Más de 20 personas, prácticamente todos de la Agencia Estatal de Investigación en aquel momento”, explicó.
El titular de la FGE detalló “nosotros buscando los documentos en los cuales se envió hasta la seguridad particular de la alcaldesa a estos elementos, no los hemos encontrado. Sin embargo, sí sabemos que se dispuso por una instrucción de manera verbal de los responsables de esa corporación de aquel momento de que se abocaran a la seguridad de la entonces diputada”.
Así, con una instrucción verbal y sin oficio de por medio, el agente permaneció en el equipo de seguridad personal de la alcaldesa de Tijuana, mientras cobra su salario en la Fiscalía.
El hotel: la guarida
En la avenida Jalisco de la colonia Cacho, entre una cervecería y un auto lavado, está el Hotel Olvera. Este lugar sirvió de escondite a los sicarios encargados de asesinar a la escolta de la presidenta municipal.
Por medio de técnicas de investigación, la FGE ubicó el sitio como el lugar donde los responsables del ataque se encontraban, por lo que la Agencia Estatal de Investigación montó un operativo.
Con autorización del encargado del hotel, los agentes lograron ingresar a las habitaciones en búsqueda de los responsables.
Aunque éstos ya no se encontraban en el inmueble, personal de la Fiscalía obtuvo más datos que fortalecieron la investigación, por lo que con ayuda de peritos y personal especializado levantaron indicios para nutrir la investigación.
Las mantas
Antes de que terminara el miércoles 17 de mayo, cerca de la medianoche, policías municipales que patrullaban la ciudad observaron una lona colocada en el puente conocido como La Cúspide, ubicado sobre la Prolongación Calle Segunda en dirección a Playas de Tijuana.
Se trataba de una manta dirigida a la presidenta municipal, cuyo texto hacía referencia a que la alcaldesa debía preguntar a González Molina sobre “los desaparecidos levantados por las unidades del UTE”, mencionando el apellido Ascorbe, el cual coincide con el apellido de un comandante de la Policía Municipal.
Casi un hora después, también en la delegación Centro, dos patrullas de la Policía Municipal fueron incendiadas y junto a ellas, fue dejada una manta dirigida al secretario de Seguridad y a “La Puma”.
Los hechos ocurrieron frente a un taller que provee servicio a unidades de la corporación municipal, ubicado en la calle Matamoros de la colonia Independencia.
El mensaje de la manta era similar al primero, pues hablaba de personas desaparecidas en unidades, pero estaba firmado con las siglas del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Por estos hechos, hay un hombre detenido, quien fue puesto a disposición de la FGE.
Pero no fue el último caso. Antes del mediodía del jueves 18 de mayo, una manta fue colgada del puente vehicular El Chaparral, que conecta la Zona Norte de la ciudad con la garita peatonal Chaparral-PedWest.
A las 10:40 horas, autoridades recibieron el reporte de una manta, pero al igual que en el primer caso, los objetos fueron retirados por los policías municipales que realizaron el hallazgo.
Sin embargo, se sabe que el mensaje tenía un contenido similar a los dos primeros.
El paso al puente quedó cerrado en ambos sentidos, primero por policías municipales y luego por elementos de la FGE que acudieron a procesar el sitio del hallazgo.
“El que nada debe, nada teme”: alcaldesa
Tras el ataque contra uno de sus escoltas, la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez canceló uno de sus eventos públicos, al cual acudirían funcionarios del condado de San Diego, California.
Fuera de eso, continuó con su agenda tanto el día del ataque como el jueves 18 de mayo.
En un primer momento, el Ayuntamiento de Tijuana emitió un posicionamiento en el que informó que la alcaldesa instruyó a todas las dependencias del gobierno municipal continuar con los trabajos “sin hacer caso a intimidaciones de este tipo” y expresó también “su compromiso en garantizar la gobernabilidad en la ciudadanía tijuanense”.
Posteriormente, la alcaldesa realizó una transmisión en vivo desde un automóvil, para explicar que el ataque ocurrió “en un trayecto donde por casualidad del destino cancelé por la mañana. Sin embargo, ése era mi recorrido”.
La presidenta municipal aclaró “estoy bien, me encuentro bien, esto no nos detiene porque no nos tiembla la mano para atacar al crimen organizado (..) no va a haber maleante que nos detenga”.
Por último, en otra transmisión en vivo de ayer, al encabezar un evento en la Zona Este, la alcaldesa refirió “el que nada debe nada teme”.