Un día después de encabezar el ataque armado contra tres jóvenes que se tomaban fotos en un letrero turístico de La Rumorosa, y de secuestrar y decapitar a uno de ellos, Martín Iván “El Wuacho”, el líder de plaza en dicho poblado, justificó entre su gente al interior de la célula de Los Chapitos, que el crimen lo había realizado porque sospechó que los jóvenes eran de integrantes de Los Rusos, el grupo rival.
Durante la audiencia inicial de imputación en contra de “El Wuacho”, en la que la Fiscalía General del Estado le acusa del secuestro del joven ingeniero mexicalense, Fernando Rodríguez, y del intento de asesinato del amigo de este, Jorge de Jesús, PUNTO NORTE fue el único medio de comunicación presente.
En dicha audiencia se dio a conocer que, tras cometer el crimen, “El Wacho” mostró a sus colaboradores un video en el que se observa la decapitación del joven ingeniero bioquímico, mientras amenazaba: “Esto les va a pasar a todos Los Rusos”.
En la audiencia celebrada la tarde de ayer miércoles, en el nuevo edificio de los juzgados penales del Poder Judicial en Tecate, el agente del Ministerio Público presentó los datos que corroboran que en un predio propiedad de “El Wacho” que fue cateado y asegurado por la Fiscalía, se decapitó al joven profesionista, pues se encontró sangre que coincidió con la de la víctima, así como cartuchos percutidos que dieron coincidencia con los encontrados en el ataque armado registrado el 12 de noviembre sobre la carretera de la Rumorosa.
De acuerdo con la información que obra en la carpeta de investigación, aquella madrugada de sábado, luego de encontrarse conviviendo en un sitio en Mexicali, Fernando Rodríguez, bioingeniero de 28 años, llevó en su vehículo Hyundai Santa Fe, blanca, a su amigo Jorge de Jesús, y a otra amiga, al poblado de La Rumorosa, querían tomarse fotografías en la calle Jaime Maussan, nombrada así un día antes en un evento internacional de avistamiento de ovnis.
Después de tomarse las fotos, los 3 amigos alrededor de las 12 de la noche, se retiraron del sitio, pero en lugar de conducir hacia la carretera a Mexicali, entraron hacia la calle principal del poblado, en donde se les emparejó un vehículo tipo vagoneta blanco, de modelo reciente, cuyos tripulantes armados les cuestionaron de manera violenta qué hacían ahí.
Fernando, quien conducía el vehículo, se asustó y aceleró la marcha, intentando huir de los delincuentes, pero estos lejos de dejarlos ir, les comenzaron a dispararles con armas largas, entre ellas cuernos de chivo, e iniciaron una persecución que duró algunos minutos.
Durante el trayecto, Fernando le pidió a su amiga, sentada en el asiento del copiloto, que le marcara a su papá con el teléfono celular de él; y mientras ella sostenía el dispositivo, Fernando le dijo: “¡Papá, unos tipos nos viene siguiendo, no sé qué hacer, no sé dónde pararme!” para luego, con desesperación gritar: “¡Papá, ya me tronaron las llantas!”.
En ese momento, Fernando perdió el control del vehículo, giró más de 180 grados y salió de la carretera quedando atrapado en una zanja pluvial en el kilómetro 73 de la carretera Tecate-Mexicali, frente al restaurant El Chipo.
Y mientras su amigo Jorge de Jesús, quedó en el asiento trasero, lesionado por los disparos de arma de fuego en varias partes del cuerpo, la amiga, aterrada y con el celular de Fernando en la mano, corrió a esconderse en las inmediaciones.
Los sicarios seguían disparando desde su camioneta. Y luego bajaron “El Wuacho”, “El Tío”, El Molacho” y “El Cholo Rumo”, todos con armas largas, quienes dispararon nuevamente hacia los tres jóvenes y se acercaron preguntando a Fernando: “¿¡Por qué no te paraste, hijo de tu puta madre!?”, mientras que Fernando les pedía que no les hicieran nada.
Jorge de Jesús les dijo que estaba herido, y los agresores le preguntaron en qué parte. Respondió que en la pierna y en el brazo, tras lo que los sujetos lo dejaron ahí, pero bajaron a Fernando a la fuerza y cojeando de un pie, aparentemente también herido por los disparos, lo subieron a la camioneta en el que llegaron, para luego huir rumbo a un rancho.
En el procesamiento de la escena, el personal de Servicios Periciales localizó diversos casquillos percutidos, 10 de los cuales habían impactado al automóvil de Fernando y sus amigos.
Con el secuestro de joven bioingeniero, empleado de un laboratorio en Mexicali, la FGE en coordinación con la Guardia Nacional y la Sedena realizaron operativos de búsqueda, pero el 15 de noviembre, tres días después del ataque armado, el cuerpo decapitado de Fernando fue localizado en bolsas negras al lado del Panteón Centinela, a la salida hacia Mexicali.
A la par, las labores de inteligencia ya avanzadas de la Fiscalía, dieron con un hombre apodado “El Monillo”, quien trabajaba para “El Wuacho” en un establecimiento del mismo poblado de su propiedad.
En su declaración, el trabajador contó que el 12 de noviembre, alrededor de las 10 de la mañana, llegaron a un car wash tanto “El Wuacho” y su mano derecha, “El Tío”, a llevar comida a los trabajadores, y él alcanzó a observar que el carro del líder criminal tenía tres orificios producidos por disparo de arma de fuego en el parabrisas y en la puerta del conductor.
Por la tarde, acudieron al auto lavado también un sujeto identificado como “El Cholo Rumo” y “El Molacho”, quienes le contaron a “El Morrillo” que la noche anterior se habían enfrentado a balazos con unos “contras”.
Al día siguiente, el propio “Wuacho” le dijo a “El Monillo” que habían detenido a una camioneta Hyundai con tres personas, que al cuestionarlos sobre qué estaban haciendo, el conductor se puso prepotente; entonces él trató de abrirles la puerta para ver si traían armas, pero que aceleraron para huir hacia la carretera a Mexicali.
Según dijo “El Monillo”, el líder criminal le contó que Fernando sacó un arma corta y respondió el fuego, por eso los orificios en su vehículo, sin embargo, en un video de cámaras de seguridad en el cual quedó registrado parte del ataque, se logra observar que los sicarios disparan desde dentro de su vehículo, dañando ellos mismos el vidrio frontal.
El “Wacho” le contó también que les disparó porque pensó que se trataba de gente de Los Rusos, el grupo criminal opositor con quien se disputan la plaza en La Rumorosa.
Incluso, dijo El Monillo, que “El Wuacho” le mostró en su propio teléfono celular, un video en el que se veía al joven con las mismas características de Fernando (pelo largo, oscuro, rizado, chamarra negra) siendo decapitado con un hacha por un hombre a quien El Monillo no reconoció.
En el video, mientras “El Tío” sostenía una lámpara, el sujeto desconocido se cansa de golpear al joven para luego pasarle un hacha a “El Molacho”, quien finalmente finiquitó la tarea, en tanto se escuchó la voz de Martín Iván “El Wacho” diciendo “Esto le va a pasar a todos Los Rusos”.
El homicidio se realizó en el predio conocido como La Guarida del Zorrillo, propiedad de “El Wuacho”, rancho que fue cateado por la Fiscalía el 17 de noviembre, 5 días después de los hechos.
Otro de los datos de prueba desahogados en la audiencia, es una entrevista a otro colaborador de “El Wuacho”, de nombre Gilberto, quien para el día de los hechos tenía tres meses de haber llegado al poblado tecatense. Ahí conoció a un sujeto conocido como “El Cholo Rumo” y “El Chino”, quienes le ofrecieron un trabajo cuidando una casa, por el que le pagarían 2500 pesos. También conoció a Martín Iván, de quien le dijeron era el encargado de su pago.
Su trabajo resultó de halcón, cuidar el punto de La Rumorosa, y consistía en reportar por medio de un radio y teléfono a todo vehículo particular, de policía o de soldados, que entrara o saliera de La Rumorosa.
Gilberto dijo a la Fiscalía que la noche de los hechos, estaba de regreso del “trabajo” en su casa cuando escuchó los balazos, pero volvió a dormirse. Al día siguiente, como a las 9 de la mañana, fueron a recogerlo “El Wuacho”, “El Tío” y “El Molacho” y otro sujeto aun no identificado, en la camioneta de su jefe, en el que vio también los orificios que dejaron las balas.
El testigo les preguntó qué había pasado, y estos le dijeron que el día anterior se agarraron a balazos, y que se subiera rápido porque la plaza estaba caliente.
Tanto “El Monillo” como Gilberto señalaron en sus testimonios que Martín Iván es el líder de la célula criminal de Los Chapitos en La Rumorosa, y que, a su vez responde las órdenes de un hombre identificado como “LMV” o “La Mera Verga” o “El amigo”, quien radica en Culiacán, Sinaloa.
El 17 de noviembre, la Fiscalía General del Estado (FGE) ejecutó la orden de cateo del rancho de “El Wacho” llamado La Guarida del Zorrillo y también conocida como “la casa de la alberca”, ubicado en el camino vecinal a la Laguna Hanson.
Ahí los agentes encontraron armas de fuego, un machete, casquillos percutidos de diversos calibres, entre ellos, 28 de cuerno de chivo, documentos de identificación y restos de sangre en un espacio arenoso al lado de una alberca en desuso.
También se aseguraron 3 vehículos, algunos con reporte de robo y una camioneta blindada.
Asimismo, encontraron una credencial para votar a nombre de un hombre llamado Miguel Ángel, que corresponde a “El Tío”, con domicilio en Sinaloa.
Con los hallazgos, la Fiscalía llevó a cabo varias diligencias, como un análisis comparativo entre el perfil genético obtenido del cuerpo de Fernando y el de la sangre encontrada en el rancho La Guarida del Zorrillo, el cual resultó positivo.
Luego, un estudio de balística comparativa entre casquillos percutidos en el lugar de los hechos el 12 de diciembre, y casquillos encontrados en el rancho de “El Guacho”, el cual también arrojó resultado positivo.
Aunque dicha información daba luz sobre el vínculo entre Martín Iván con los hechos en contra de los tres jóvenes mexicalenses, no fue sino hasta el 13 de enero pasado, cuando el líder criminal fue detenido en un operativo realizado por agentes de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) en los alrededores de La Rumorosa, cuando portaba un arma de fuego.
En el operativo en la zona, también se detuvo a “El Tío” y el 15 de enero le fue cumplimentada la orden de aprehensión por el delito de secuestro agravado.
Al identificarse, “El Wuacho” dio los mismos datos que había arrojado la base de datos de Recaudación y Rentas, pero los estatales no sabían que se trataba del delincuente.
Finalmente, los dos jóvenes sobrevivientes del ataque armado, lo reconocieron y señalaron por medio de fotografías como el responsable de atentar contra sus vidas y de privar de la libertad a Fernando.
Tras finalizar la presentación de los antecedentes de investigación, el agente del ministerio público realizó la imputación en contra de Martín Iván bajo los delitos de homicidio calificado en grado de tentativa con ventaja, y secuestro agravado.
No obstante, el líder criminal por sugerencia de su defensor privado, solicitó a la jueza de Control la ampliación del plazo constitucional para resolver la petición de la Fiscalía, a 144 horas, el cual fue concedido y se cumplirá el próximo domingo, cuando se determine su situación jurídica.
Tanto “El Wacho” como “El Tío”, permanecerán en prisión.